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jueves, 16 de diciembre de 2010

Navidad Limeña y cómo se celebra hoy



LA NAVIDAD LIMEÑA

La celebración de la Navidad está relacionada –como es de entender- con la llegada de los españoles. Cuenta el tradicionista peruano Ricardo Palma que desde la quincena de diciembre las misas anunciaban ya el nacimiento de Jesús, en donde se mezclaban los ritos religiosos con manifestaciones “paganas”: la música y los bailes se unían para celebrar este magno evento.

Cuenta Ricardo Palma que el día 24 de diciembre en la Plaza Mayor se vendían dulces, flores, juguetes, licores y otros; esperando la Misa del Gallo en la Catedral , a donde se concurría a las doce para celebrar la llegada de Jesús de Nazareth. A continuación, una opípara cena, con su tamal y ricos potajes incluidos, esperaban a los feligreses en sus domicilios y seguidamente “para bajar lo comido” se continuaba con una “jarana de rompe y raja”.

En esta época del año también era representativo “armar” el Nacimiento o Belén en donde además de la Vírgen, San José y el pesebre, no faltaban una serie de personajes como los pastores y animales como la vaca, el burro y las ovejas. Era muy común que las personas se visitaran en Navidad para ver sus respectivos Nacimientos y por ello se agasajaba con un vaso de chicha morada, de jora o de otras bebidas que eran llamadas “Orines del Niño”.

La misma Noche Buena, antes de ir a la Misa del Gallo, el Niño Jesús era colocado en el pesebre tapado por un tul, a la espera de las 12 de la noche. El Nacimiento duraba hasta el día de Pascua de Reyes (6 de enero) en que eran colocados los Reyes Magos (Melchor, Gaspar y Baltazar).

Todas estas costumbres duraron por largos años. Las fiestas del “Día de los Inocentes” (28 de diciembre ) y la “Bajada de Reyes” se celebraban con feriados e incluso habían fechas que tenían sus propios ritos como el “sembrar trigos, infaltables en los Nacimientos” los 13 de diciembre, día de Santa Lucía o el llevar una carta a Papa Noel en la Casa Klinge. Ni que decir de los Nacimientos en los principales conventos de la ciudad.

Hoy la celebración de la Navidad ha cambiado, no sé si para bien o para mal. Las compras priman antes que el compartir. Las calles se llenan de luces y de comercios engalanados para incentivar las ventas. Sin embargo aún subsisten los Villancicos, la Cena Navideña con el pavo, la taza de chocolate y una rodaja de panetón, de origen italiano; así como los pinos navideños llenos de luces y el trepitar de los cohetones y luces multicolores. Y lo más tradicional ahora en muchas partes de la ciudad es adornar con luces, armazones de metal con formas navideñas, costumbre que se inició en la zona de Chacarilla del Estanque en Surco y hoy se multiplican por todo Lima.

A todos estos simbolos, no debemos olvidar el verdadero sentir de la Navidad: el compartir con la familia y los más necesitados; la renovación de una voluntad de justicia social y paz.

Un abrazo para todos nuestros lectores y nuestros mejores deseos.
Desde este lado de la màgica bruma
Sus amigas y amigos de
ECOAVENTURA VIDA


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