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lunes, 22 de julio de 2019

PICO Y PLACA

Desde hoy la Municipalidad de Lima pone en marcha otro intento para aliviar (¿solucionar?) el grave problema de la congestión vehicular que aqueja a la ciudad.
Los autos, que no son de servicio público o los informales, no podrán transitar en las horas punta en tres circuitos de la ciudad durante un total de ocho horas cada día.

Y dentro de dos semanas la norma se ampliará a dos circuitos más.

Alguien pensará que igual podrán llegar a su destino si tiene que sortear las rutas no permitidas en una ruta que una Magdalena y San Borja. Un imposible.

Esperemos que este nuevo intento tenga éxito pese a que lo ideal hubiera sido que la prohibición debió aplicar a toda la ciudad, ello acompañado de un aumento de la flota de buses que transitan por rutas segregadas y la lucha frontal contra el servicio informal para ordenar el servicio de transporte público

Se dice que esta propuesta se debería más al corto plazo (mostrar una ciudad ordenada de cara a los Juegos Panamericanos) y no a la búsqueda de soluciones temporales. Cabría ver cómo mejorar esta propuesta y ver la posibilidad ya no solo de determinar restricciones eligiendo días para los números pares o impares sino restringiendo por determinados dígitos, evaluar permisos para taxis por aplicativo y incluir a vehículos de carga.

Veamos qué sucede en estos días y qué resultados se logran en este nuevo intento para combatir la congestión, la  contaminación ambiental y para aliviar las largas horas que el limeño promedio pasa en un bus del servicio público sea para ir a su centro de trabajo o centro de estudios.

lunes, 15 de julio de 2019

VIAJAR

Hace 33 años viajé por primera vez en un periplo largo. Lo hice ya con el dinero que empecé a percibir con mi trabajo.

Años más tarde tuve la oportunidad de viajar un par de veces en Europa. No hay duda que fueron experiencias enriquecedoras. Abren el espíritu, logramos experiencias y nos llevamos recuerdos imborrables.

En aquellos años tomábamos fotos a través de películas y organiáabamos nuestros viajes tomando datos de guías de viajes, de revistas especializadas o de consejos de viajeros que nos transmitían sus datos y experiencias directamente.

Hoy todo ha cambiado. La información está en la red del Internet, nuestros celulares son las cámaras digitales que reemplazan a las cámaras fotográficas o filmadoras de entonces. Hoy con los adelantos tecnológicos la transmisión de nuestras experiencias o fotos es casi al instante.

Sin embargo hay algo que no ha cambiado hasta hoy. La mejor cámara de fotos o memoria donde guardar las fotos o videos de nuestros viajes son nuestros ojos y nuestro cerebro. Muchas veces por querer guardar instantáneas a diestra y siniestra perdemos la oportunidad de un goce más calmo de nuestros viajes.
Incluso el objetivo de tomar vistas o filmar ya no es el interés de que estos perduren en el tiempo sino es el deseo del goce inmediato o el afán de figuretismo.

Espero volver a recorrer de nuevo mis pasos que hice de joven, con la calma y experiencia de los años. Hoy hago un repaso de aquellos viajes y me doy cuenta de cuántos lugares dejé de ir quizás por la falta de información que fluye hoy a raudales pero ya sin las energías que me permitieron dormir cuatro noches seguidos en un tren; aunque es cierto que la mañana siguiente  de la cuarta noche terminé "molido".

Finalmente, si eres aún joven y tienes la posibilidad de viajar, házlo ya. Viajar teniendo menos de 26 años es mucho más barato aunque, tendr1s que evaluar lo que ganes en experiencias en ese tiempo frente a los días de trabajo sacrificados y los ingresos que ello representan.

martes, 9 de julio de 2019

UNA MIRADA AL SECTOR TURISMO

Las nuevas tecnologías y el gran flujo de información han contribuido a un mundo mejor y oportunidades para los consumidores de todos los sectores, incluyendo por supuesto a los viajeros.

Ello se ha concretizado en una mayor competencia y todo lo que ello significa; menores precios y mayor calidad en los productos y servicios ofrecidos.

Sin embargo no todo es alegría para todos. Hay fenómenos que hemos constatado como un sector más concentrado y una cada vez mayor desintermediación en la que las agencias de viajes cada día tienen menos participación.

Los consumidores (viajeros) al tener más información disponible, hoy en día organizan por su propia cuenta sus programas de viaje. ¿Eso abarata realmente?
Sí y no. Aparentemente sí pero no hay que omitir que no toda la información es verdadera o actualizada. Algo importante en países como el nuestro. Un cambio de horario de salidas de un bus puede ser causa de que un viajero empiece mal su programa.
Otro de los puntos que debemos poner en tapete es el de economías de escala. No es lo mismo organizar un viaje para dos o tres viajeros que para decenas al mes. Hay descuentos y precios diferenciados que sólo aplican para agencias de viaje y a los que no acceden los viajeros. Por tanto sus programas de viaje podrían terminar costando tanto más si lo organizan ellos mismos que vía una agencia de viajes.

Otros dos factores importantes que ocasionan costos ocultos son la inseguridad que en gran parte de los casos es paliada por el cuidado que brinda el personal de una agencia de viajes, propios o representantes, a lo largo del viaje y por otro lado es la presencia de guías conocedores que nos muestran detalles e información que muchas veces no está al alcance del viajero que organiza y viaja por su cuenta.

Cuando hablábamos de mayor competencia y mayor concentración en el sector pareciera que nos contradecimos pero no es así. Mayor competencia por presencia de nuevos actores online que ofrecen reservas de hoteles, vuelos aéreos y paquetes pero una mayor concentración de agencias de viajes tradicionales. Las pequeñas absorbidas por grandes pero no hay dejar de decir que las agencias de viajes pequeñas no necesariamente son ineficientes y más bien sí son más flexibles y en muchos casos ofrecen programas más especializados y "Taylor Made".

Habrá que esperar qué nuevas nos traerá el sector turismo.

Foto laopinion.com.co

lunes, 1 de julio de 2019

PUNO: UN ROMANCE QUE DURA 33 AÑOS

Fui a Puno por primera vez hace 33 años, en los años que atravesábamos una profunda crisis como país.

Llegué desde Arequipa en un tren de segunda clase. Arribamos a Juliaca a las 6:00 de la mañana y trás una parada de unos 30 minutos continuamos rumbo a Puno. Todas las estrecheces fueron por cierto compensadas con el cielo estrellado que vimos durante el trayecto nocturno.

En aquellos años Puno no tenía la actual infraestructura hotelera ni menos los tan buenos restaurantes con los que cuenta hoy en día. Hoy hay grandes hoteles como el Libertador, el Sonesta o el Casa Andina pero mi favorito es el Qalasaya a la espalda de la Municipalidad Provincial, desde cuyas habitaciones en los pisos altos podemos ver el amanecer en el lago. De los restaurantes, tres son mis favoritos, el Mojsa, la pizzeria El Búho y el Café Bar La Casa del Corregidor.

Mi amor a primera vista con Puno sin duda alguna se debió al imponente Lago Titicaca, cuyas aguas recorrí en una embarcación lenta, si la comparamos con las actuales. Hoy hay otros atractivos ya en valor como Pomata , Juli, Aramu Muru, Lampa, Tinajani, Capachica, Sillustani, Pucará, Anapia, Carabaya y tantos otros.

Rec
orrimos la ruta que hoy todos recorren, las Islas de los Uros, Taquile y Amantani, cuyas tradiciones se mantienen pese a los años transcurridos.

Una de las anécdotas de aquel viaje fue un compartir en un bar de la avenida Lima donde en medio de una animada conversación con gente de diversas nacionalidades escuché una de las más grandes canciones de todas las épocas, Escalera al Cielo de Led Zeppelin.

He regresado a Puno muchas veces, en diferentes meses y por diversas razones y siempre he gozado de su magia y la majestuosidad del Titicaca y también de la religiosidad de un pueblo que celebra a la Virgen de la Candelaria.

Un saludo para todo ese pujante pueblo que vive en esta región y en especial para nuestro amigo Gustavo Ibarra.