Para una gran mayoría de personas, peruanas o no, Puno se reduce al Lago Titicaca o a las Islas de Los Uros y como mucho también a la isla Esteves o de Taquile.
Es verdad que Puno ha mejorado, pero dista mucho de ser una ciudad turística, salvo en la época de la “Candelaria” donde la festividad involucra a casi todos los puneños y en cuya fiesta no menos de 35 mil danzarines y músicas le rinden homenaje a la “Mamacha”. Algo que distingue a Puno es su variado folklore influenciado tanto por lo inca como por lo aymara.
Sin embargo en la ciudad no encontramos restos incas ni coloniales e incluso casonas republicanas que causen admiración, salvo su Catedral del siglo XVIII y la casona que ocupa el Museo Dreyer; pero la inversión hecha en estos últimos años ha dotado a la ciudad de una buena oferta hotelera y de restaurantes, donde la gastronomía local (con sus máximos exponentes que son la quinua, una inmensa variedad de papas, la trucha y diversas carnes donde destaca la alpaca) se mezcla con alternativas de comida de otros lares; incluso podemos decir que Puno es conocida por sus excelentes pizzas, hechas en hornos de piedra.
Los atractivos de Puno están en sus alrededores tanto camino a Cusco como a la frontera con Bolivia, tanto en la ruta de Desaguadero como la de Yunguyo.
La región de Puno es, lo que muchos no saben, un lugar donde los interesados en el misticismo pueden encontrar una variedad de lugares llenos de energía y magia. Sillustani y sus chullpas junto a la laguna de Umayo ; el Templo de la Fertilidad en Chucuito; el cañón de Tinajani y sus formas líticas; Aramu Muru en Ilave donde hay una inmensa piedra que asemeja a una puerta así como un bosque de piedras con diversas formas; Pucara y su centro ceremonial de Kalasaya, entre otros lugares.
El Lago Titicaca es sin duda el atractivo principal (con sus 8,560 km2 y a 3809 m.s.n.m) y alrededor de él encontramos Capachica, el archipiélago de Anapia, Llachón; Karina y Luquina en Chucuito, la puerta al mundo Aymara y las islas flotantes de los Uros habitadas por personas de un enigmático origen, la de Taquile y la considera como el mayor centro energético del planeta, La isla de Amantani y sus centros ceremoniales de Llacastiti y Coanos. Alrededor de este circuito podemos encontrar posibilidades de turismo “vivencial”, compartiendo con los lugareños sus casas, comidas, costumbres y actividades e incluso la posibilidad de practicar deportes extremos como bicicleta de montaña o navegar en el lago en embarcaciones de vela o kayaks y por qué no, nadar en las gélidas aguas del lago o pescar en ellas.
Hay varios lugares importantes cerca a Puno como Juliaca, gran centro comercial del altiplano; Juli y Pomata con sus iglesias coloniales; Lampa camino a Cusco, donde hay una réplica de La Piedad de Miguel Angel y en la zona swe puede caminar en la “ruta Cordillerana”; Yunguyo y Desaguadero, centros comerciales en la frontera con Bolivia. Un detalle simpático es que para cruzar el estrecho de Tiquina, aún se usan unas embarcaciones que trasladan las unidades de transporte mientras los pasajeros son trasladados en pequeñas embarcaciones.
Para muchos Puno son es el altiplano pero se equivocan de nuevo. Al norte de la región hay una zona de selva donde se ubican dos parques nacionales: el de Candamo y el de Bahuaja Sonene con más de un millón de has. (70% en Puno y 30% en Madre de Dios).
Ahora amigos lectores, ¿alguien me podrá decir que Puno es solo el Lago Titicaca?
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