A veces hay “soluciones” que
parecen serlas y terminan desincentivando la visita a un lugar considerado como
una de las Maravillas de la Humanidad. Nos estamos refiriendo a las
disposiciones que regirán a partir del próximo año para visitar la ciudadela
inca de Machu Picchu.
Hasta este año había dos horarios
de ingreso, uno en la mañana y el otro al mediodía; siendo el tiempo de
permanencia en el lugar hasta que empezará el siguiente. Si alguien deseara
quedarse luego de su turno tiene que pagar un nuevo boleto de ingreso.
Cómo es sabido la capacidad de
carga de Machu Picchu es de 2500 visitantes diarios incluyendo guías y otros (según Plan Maestro),
además de lógicamente los visitantes. Sin embargo según estadísticas oficiales arrojan
para 2017 1. 41 millones de turistas que ingresaron a Machu Picchu vale decir un
ingreso promedio de 3867 visitantes por día. Ni qué decir en los meses de julio
y agosto donde el promedio fue de algo más que 5000 visitantes.
A partir del próximo año habrá 3
turnos para ingresar y cada uno tendrá tres horarios de ingreso (el primer
turno con ingresos a las 6, 7 y 8 am; el segundo con ingresos a las 9, 10 y 11
horas y un tercer turno con ingresos a las 12, 13 y 14 horas. ¿Qué se quiere
hacer con esta normativa? Ordenar el hoy caótico ingreso que hace que los
turistas tengan que hacer largas colas en Machu Picchu Pueblo (paradero de
buses).
¿Se logrará el objetivo o es una
disposición cómo tantas ha habido que en vez de arreglar las cosas las termina
arruinando?
Limitar el ingreso a solo 6 horas
era ya un factor limitante que estaba causando molestias. Machu Picchu es de
aquellos lugares en el mundo que debe ser apreciado “poco a poco” y no con una “visita
express”.
Según las estadísticas oficiales,
el número de turistas que arribaron en nuestro país en el 2017 fue de 4
millones (con un crecimiento del 7.7 % respecto del año anterior). Sin embargo
el nivel de crecimiento no garantiza llegar a la meta prevista para el 2021
(7.0 millones). ¿Acaso con los nuevos horarios de ingreso se quiere ampliar el
número de visitantes muy por encima de los promedios del 2017 y de la capacidad
de carga máxima? ¿Qué efectos va a tener sobre su sostenibilidad? Es sabido que
Machu Picchu es el vagón que jala al sector turismo pero cuidado que estemos
por “matar a la gallina de los huevos de oro”.
Finalmente, está bien que se
quiera ordenar el caos pero también debería contemplarse revisar las
concesiones tanto de servicios de tren como la de los buses de acceso a la
ciudadela. Los precios realmente son caros para el turista promedio; pero es
posible que nos estemos orientando al turista de ingresos altos. Es por ello
que la calidad deberá ser máxima y de satisfacción total pues “no vaya a salir
el disparo por la culata”
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