Ad portas del 2019 surgen
expectativas y esperanzas de mejoría en nuestra capital. A partir del 1 de
enero asumirá un nuevo alcalde con
relativos éxitos que mostrar habiendo sido alcalde distrital de Miraflores,
claro está en otra dimensión, con más recursos en términos relativos y en
relación a una problemática diferente a la que le tocará enfrentar en estos
próximos 4 años.
Somos conscientes que 4 años no
son suficientes para plantear soluciones de mediano plazo. Creemos que debería
modificarse la prohibición de reelección inmediata tomando en cuenta que sea
por una sola vez y contemplando los candados suficientes que eviten el mal uso
de recursos públicos para la campaña reeleccionista. Finalmente es el elector,
el vecino, quien dice sí o no en las ánforas a esa pretensión. El trabajo
exitoso finalmente será lo que hará que un alcalde sea reelecto.
Lamentablemente no estará lista
la Línea 2 del Metro de Lima la que
con bastante suerte estará lista en el 2024 como acaba de ofrecerse. Entre
tanto trasladarse en Lima seguirá siendo un gran problema aún sin resolver.
Esperamos que las nuevas autoridades tengan bien claro cuáles son las
prioridades y por supuesto cuenten con recursos así como un equipo gerencial
que ejecute los presupuestos de manera eficiente.
Está demás repetir que los
problemas son muchos y la solución de la gran mayoría no son de la mera
responsabilidad del Municipio Metropolitano. Por su magnitud y la cantidad de
recursos necesarios para solucionarlos será necesario trabajar de la mano no
solo con el actual gobierno nacional sino con el próximo pues el mandato durará
más allá de la actual administración nacional.
Lima sigue siendo uno de los
principales atractivos turísticos del Perú y a donde llegan la mayoría de turistas
y quienes vienen por otras razones a nuestro país. Ello ha hecho que la
ampliación del aeropuerto Jorge Chávez
sea prioritaria no solo en su ejecución sino en el cumplimiento de los plazos. Ya
llevamos varios años de atraso lo que ha causado que estemos perdiendo la
batalla con otros hub como Bogotá.
Otro de los retos de la actual
administración será la transformación de la Costa Verde para que este espacio esté al servicio de los millones
de personas que viven en Lima y Callao y también queda como pendiente es la
transformación del Centro Histórico,
que salvo algunos esfuerzos privados y públicos, poco se ha hecho para que
vuelva por sus fueros.
Finalmente ya suena reiterativo
señalar la problemática de la inseguridad,
la falta de áreas verdes, el manejo de residuos, el mejoramiento de las tres
cuencas fluviales que cruzan Lima y el déficit de servicios de agua y
saneamiento que aún sufren más de un millón de limeños.
2019 trae enormes retos. Esperamos
que las autoridades ediles recién electas estén a la altura de las
responsabilidades y sepan convertir los problemas en soluciones en el más breve
plazo. La ciudadanía ya no puede esperar.
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