Dos nuevos actores están
presentes en el problemático tráfico en la ciudad de Lima y no para solucionarlo,
ni siquiera amenguarlo.
Me es refiriendo a las motocicletas que como hongos
malignos transitan la ciudad sin cumplir mínimamente las reglas de tránsito.
Estas motos son parte del sistema de reparto de diferentes bienes que ofrecen
empresas dedicadas a ello a través de plataformas digitales. Más allá del
régimen laboral que tengan (como hoy editorializa el diario El Comercio) ya representa una problemática especial.
Otros de los actores en las pistas
limeñas son los scooters eléctricos
que transitan no solo en las pistas sino
invadiendo las veredas, lo que ya ha ocasionado un grave accidente si no es
más.
Ambas situaciones han traído
nuevos problemas que aún no tienen respuesta salvo una prohibición para que los
scooters no transiten por las veredas,
cuyo cumplimiento nadie vigila y menos se cumple aún.
Lo cierto que tras cuatro meses
de gestión, la Municipalidad de Lima aún no ha puesto en marcha nada concreto
para aliviar el problema del transporte urbano de pasajeros. Aún no hay cabeza en la novísima Autoridad
de Transporte de Lima Y Callao y la puesta en marcha del sistema de pago con tarjetas en el Metropolitano ha sido
diferida hasta el 4 de mayo.¿Algún día con una misma tarifa pagaremos el uso de
los diferentes corredores exclusivos?
Por otra parte, somos usuarios de
la Avenida Javier Prado y los colectivos
piratas siguen transitando a vista y paciencia de los inspectores de tránsito y
de la Policía, por cierto.
La buena noticia viene con la ampliación de la ruta del servicio del
Urbanito que atenderá hasta San Miguel pero el otro lado de la noticia es
que aún no se sabe cuándo empezará la
ampliación de la ruta del Metropolitano, del Naranjal hasta Carabayllo.
Otra mala noticia, sin duda, ha
sido la anulación del inicio de obras de
la ampliación de la Vía Expresa, cuyo costo y modalidad era observados con
preocupación. Ante la anulación, aún no hay alternativas que reemplacen al
concesionario anterior (Graña y Montero).
Cómo ya lo hemos dicho
anteriormente, Lima necesita una radical reforma de su sistema de transporte
pero entre tanto no es posible que no se hagan obras mínimas como puentes peatonales en la Avenida Javier
Prado (en el tramo entre Arenales y la Vía Expresa) los que aliviarán la
tortura que significa cruzar dicha avenida en las horas punta. Un peatón espera
hasta 20 minutos o más para cruzarla. Realmente un suplicio, cuya solución no
requiere gran presupuesto.
Veamos qué nos depara los próximos meses y si la Municipalidad de Lima
se pone las pilas.
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