La reciente emergencia climática
ha traído como consecuencia decenas de vidas humanas, miles de damnificados y una
serie de graves daños a la infraestructura vial, sistemas de agua y
saneamiento, viviendas, campos de cultivo, locales comerciales e industriales,
infraestructura hotelera y de servicios así como de otros daños.
La prevención no cumplió con sus
objetivos de mitigar la pérdida de vidas humanas y daños materiales. Lo poco
que se ha hecho en estos años fue insuficiente y fue avasallado por una
terrible realidad.
Aún no termina de manifestarse el
colapso climático y por tanto las obras de reconstrucción deben esperar. El
Presidente de la República ha dicho que hay recursos suficientes y que todo
pasa por afinar la organización del trabajo. Ojalá sea así.
En lo que respecta al sector
turismo éste ha sido seriamente golpeado sobre todo por los daños a la
infraestructura vial y ante esto, la falta de oferta de servicio aéreo que ha
sido rebasada por la creciente demanda ante la imposibilidad de trasladarse por
tierra.
No solo los daños se presentan en
la costa norte sino en el norte y sur de Lima y el sur del país. La Selva
Central se ha visto afectada por torrenciales lluvias y el aislamiento que
supone la restricción en la Carretera Central. Cercanos atractivos turísticos
han sido golpeados. La infraestructura de clubes campestres en Santa Eulalia
(al este de Lima), el bloque de la comunidad de San Pedro de Casta (puerta de
entrada a la Meseta de Marcahuasi), en las las playas del norte del Perú en
Tumbes y Piura y en la ruta Norte (Trujillo y Chiclayo), la amenaza de desborde
del río Amazonas; entre otros hacen ver que el objetivo de crecimiento (turismo
receptivo) del 7% será poco menos que inalcanzable. No solo el turismo receptivo
se ha visto afectado sino sobre todo el turismo interno. Esta baja no se verá
solo este año sino en el próximo año, sabido que el turismo receptivo se programa
hasta con un año de anticipación y en lo que respecta a este año, aún no
tenemos estadísticas de cancelaciones.
En cuanto a la ruta turística más
importante, vale decir la sur; Arequipa y el Valle del Colca se han visto
afectados por lluvias y por la emisión de cenizas en un volcán cercano en el
segundo punto. Puno no ha sido afectado y tampoco Cusco y el principal destino,
Machu Picchu.
Esperemos que la emergencia pase
pronto y la reconstrucción se inicie con fuerza y que todos los sectores de la
economía recobren su impulso por tanto, lo haga también el turismo, gran
demandante de mano de obra directa e indirecta así como generador importante de divisas.
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