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martes, 31 de octubre de 2017

PASEANDO POR CUENCA

Sus habitantes, a lo largo de la historia, hacen a una ciudad y la signan con una impronta que las hace especial. Así es Cuenca, una ciudad con un sello especial que no necesita de una “marca” fabricada por los especialistas en marketing.


En un anterior artículo dijimos que quien llegaba a conocer a Cuenca, caía enamorado de ella. Por diversas razones, el sentimiento termina siendo ése; sea por la fuerza telúrica de un pasado Cañari e Inca, por la influencia colonial o la influencia francesa. O quizás por todo ello que le brinda un carácter señorial a la ciudad.

La primera mirada que tuvimos al llegar a Cuenca es un río en cuyas riberas hay verdes paseos peatonales , a los que nuestro guía Juan Muñoz las señaló como Les Champs Elysees andinos. Como bien se dice, agua es vida y los cuatro ríos (Tomebamba, Yanuncay, Tarqui y Machángara) que atraviesan la ciudad –y que conforman el río Cuenca- dan eso. Vida¡

Nuestra primera experiencia, aparte de tomar fotos con la más poderosa cámara fotográfica (nuestros ojos) y archivarlas en la más grande memoria que alguien haya fabricado (nuestro cerebro), fue en el restaurante DOS SUCRES (Roberto Crespo 3-56 y Luis Moreno Mora) donde comimos las exquisiteces hechas por el chef  Daniel Contreras y cuyo propietario maneja un concepto de cocina ecuatoriana moderna que se elabora con productos orgánicos que provienen en un 60% de la comunidad APAY Barabon.
Luego de un almuerzo en tres tiempos, nos dirigimos a nuestro hotel, San Juan (General Torres 9-59), un extraordinario hotel Boutique donde pasamos las siguientes tres noches, gentilmente atendidos por Claudia Cruz y todo su equipo. Nuestra permanencia en el San Juan no solo se redujo a dormir sino a recorrer cada rincón por donde cientos de personajes importantes sintieron lo mismo que uno, el enorme placer de estar en este hotel.

La primera tarde recorrimos sus calles como se debe hacer, vale decir a pie y con un guía que conozca su ciudad. Otra de las formas sugeridas, luego de un primer paseo guiado,  es deambulando por sus calles, descubriendo a cada paso algo nuevo. Hay también el servicio de la empresa VanService que traslada a los viajeros en un bus panorámico o simplemente como sugiere el diario El Telégrafo (edición de domingo 15 de octubre) tomando los buses de servicio público (no en hora punta) sea la línea 16, la 12 o la 22. Cuenca tiene 475 unidades de servicio público que atienden de lunes a domingo de 06.00 a 22,00 horas a unas 130 mil personas al día.
Una idea sugerida es que  antes de empezar a caminar por la ciudad, vaya al Mirador de Turi para que tenga una vista panorámica de la ciudad. No se lo pierda¡

Los cuencanos son un pueblo creyente y ella se  demuestra en la existencia de 52 templos (17 de ellos en el Centro Histórico), entre los que citaremos aquellos donde ingresamos a conocerlos pero ante todo encomendar nuestra alma como la imponente Catedral de la Inmaculada Concepción, San Sebastián, San Francisco, San Blas, El Cenáculo, Las Conceptas, por citar solo algunas. Sin embargo lo más destacable son las diversas manifestaciones religiosas que convierten a Cuenca en un destino para todos aquellos que somos creyentes. El Pase del Niño Viajero (24 de diciembre), el Corpus Christi, el Festival de Luces en homenaje a Nuestra Señora del Rosario, Reina de Cuenca y del Azuay (7 de diciembre) y la Semana Santa, Mención aparte es el Santuario de la Virgen de Cajas y la extraordinaria historia de Patricia Talbot, de quien escribiremos posteriormente.
En el Centro Histórico de Cuenca uno encuentra a cada paso algo que nos llama la atención como la Calle Santa Ana, al costado de la Catedral Nueva, que tiene 460 años de existencia y ha sido reabierta después de 50 años.

Otro de los atractivos es ver el trabajo en vivo de un alfarero tradicional en la Galería de la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay (Luis Cordero y Presidente Córdoba). Una maravilla¡

Si desea experimentar algo muy cuencano no deje de  tomar una soda “de verdad” a solo 1.25 US$ en la botica Central al lado del Consulado Alemán (Bolívar 9-18). Se dice que esta bebida cura todo, incluso la temida “resaca”.
Uno de los placeres que no debe dejar de experimentar en Cuenca es tomar un buen café. Escuchando Jazz  en el Jazz Society Café, en el Goza (Calle Larga con Borrero) donde hay música en vivo; en el Austria (Cruce de Hermano Miguel 8-81 y Bolívar), en  el Café del Museo (en el Museo Remigio Crespo Toral, Calle Tres de Noviembre, ingresando por la Calle Larga), por citar algunos.
Ya si nos coge la tarde, les recomiendo que se quede en los citados lugares o  busque otro dónde pasarla. Los locales cierran temprano (al menos para mi). Hay muchas otras opciones como Lolas Lounge Bar (Av. Florencia de Astudillo y Cornelio Merchán), La Cigale (Honorato Vásquez 7-80), La Compañía Brewpub (Borrero 4-58 y Honorato Vásquez), Jodoco Belgian Brewery (Mariscal Sucre frente a la Iglesia San Sebastián), el Mayu frente al río Tomebamba (en la esquina del Paseo 3 de Noviembre con Escalinata Juana de Oro) y el Yaku Lounge (Luis Cordero 5-66 y Honorato Vásquez).

Para los que le gusta caminar las calles de una ciudad, no dejen de transitar la llamada Ruta Francesa, cuya influencia nace con la llegada de la Primera Misión Geodésica Francesa en 1739, auspiciada por la Academia de Ciencias de Paris y que dio inicio a un romance que se tradujo no solo en el plano arquitectónico sino en las letras y artes en general y sobre todo en un carácter muy propio de Cuenca. De esta ruta podemos mencionar a la calle La Condamine; la Plaza San Sebastián y su Museo Municipal de Arte Moderno (que antes fue un sanatorio para alcohólicos) así como el San Sebas café, la Casa Azul Galería Café y el Jodoco Bistro; la Casa Bienal (Simón Bolívar 13-81) a donde pudimos ingresar y maravillarnos por sus interiores, la Clínica Bolívar (Simón Bolívar 13-14); la Casa del Coco (Simón Bolívar 12-60) una de las casas que mejor refleja la fusión del estilo colonial y  la  francés; un poco más abajo en Simón Bolívar 10-63 destaca la casona que ocupa la Dirección Provincial de Educación de una arquitectura neoclásica de los años 30; la Casa Sojos (Simón Bolívar 9-08) en cuyos bajos está la antes mencionada Botica Central (antes del Doctor Sojos); el Seminario de San Luis (Benigno Malo y Simón Bolívar) donde en 1813 se fundó el primer Seminario Conciliar; la casa de la familia Jerves Calero (Simón Bolívar 8-44); la Plaza Principal (manzana de las calles Simón Bolívar, Mariscal Sucre, Benigno Malo y Luis Cordero) donde está la Catedral Nueva, la Catedral Antigua, la Gobernación, el Municipio, la Corte Provincial de Justicia y otras casonas de inicio del siglo XX; y algo más alejadas, la Casa Museo Remigio Crespo Toral (Calle Larga y Presidente Borrero; el Colegio Benigno Malo y el local de la Alianza Francesa.

Como dijimos al principio, las personas imprimen su carácter a una ciudad y en el caso de Cuenca esto se traduce en importantes emprendimientos dignos de elogiar como el caso de la afamada Panadería de las Hermanas Villacis cuya propietaria Carlota Vélez Villacis endulzó mi paladar con sus quesadillas (momento que evoqué a mi madre ya fallecida, experta en los secretos de la pastelería); la empresa Ecuagenera, líder en la investigación, propagación, conservación y comercialización de orquídeas; el taller de José Jiménez, artesano en la técnica ancestral Ikat del tejido Cañari; la empresa exportadora Homero Ortega, líderes en elaboración de los llamados sombreros de Panamá; el agricultor Gregorio Villacis, líder en agricultura orgánica en la chacra Cuadruco y de los joyeros Fausto Ordoñez y  Milton Pullopaxi del Museo de la Joyería Cuencana.
Cuenca también destaca por ser cuna de grandes ceramistas como Eduardo Segovia y José Encalada, joyeros como Andrea Tello, Ernesto Peña y herreros como Humberto Guerra y repujadores en metal como Carlos Bustos.

Cuenca es un centro cultural que atesora su pasado en importantes museos como el de Las Conceptas (religioso), el de La Identidad Cañari (antopológico), el Museo de Arte Moderno, la Casa Museo “La Condamine” (artesanías, antigüedades y la tienda de modas “Mogazza”), el Museo del Sombrero de Paja Toquilla y otros como el Arqueológico Universitario, de la Historia de la Medicina, la Casa Museo Remigio Crespo Toral (historia), el de Las Artes Populares de América, el de Las Culturas Aborígenes, el Museo Manuel Agustín Landivar en el complejo arqueológico de Todos los Santos y el Complejo Pumapungo (histórico y etnográfico).

Como no podría ser de otra forma, la fusión cultural ha dado origen a una gastronomía singular donde destacan elaborados platos, pasando por la cocina tradicional y la popular. Lo comprobamos en cuatro diferentes lugares, el antes mencionado Dos Cruces,  El Mercado así como Warmi y El Cristo del Consuelo. Las carnes asadas, el mote, el amaranto, un excelente café, cacao de primera (visitar el Molino de Chocolate Industrial Fátima) y toda una tradición en la elaboración y consumo del pan y dulces en reconocidísimos lugares como el Complejo Todos los Santos de las hermanas Oblatas, la “Panadería Tradicional Todos los Santos”,  la panadería “Pan Tradicional con Horno de Leña” de Angel Tenemea, la Panadería “El Mentidero” y la ya mencionada “El Pan de las Villacís”.

Cabe resaltar la gran oferta de magníficos restaurantes y cafés por lo que invitamos a nuestros lectores a descubrirlos en su próxima visita a Cuenca y que mejor si hace coincidir ésta con el Carnaval de Cuenca, fiesta llena de tradición.

Y para ir de compras no deje de ir al moderno Mall del Río donde podrá encontrar de todo y a buenos precios. Y si aún desea algo más, visite el Amaru Zoo Bioparque de Cuenca a pocos kilómetros de la ciudad, camino a Azogues.

Otra de las fechas importantes para visitar la ciudad es la semana de aniversario de la Independencia (3 de noviembre) en la que se realizan importantes eventos como el Festival de Cine La Orquidea, el Festival de Poesía La Lira y Festival Gastronómico  “Cuenca entre sabores”. Y no olvide que el arte va de la mano con el relax y que mejor que ir a sus baños termales en dos recomendables lugares, Piedra de Agua y la Hostería Durán y si prefiere, combine el relax con adrenalina pues Cuenca ofrece excelentes lugares para hacer deportes extremos como la escalada en roca, el canopy, bicicleta de montaña y también caminatas (trekking y hiking) así como paseos a caballo.

Cabe el recuerdo de dos embajadores deportivos que tuvo el Perú en Cuenca. Luis Alberto Mora y Alberto Chochera Castillo, ambos vistieron las sedas del Deportivo Cuenca, dejando un buen recuerdo en los aficionados e hinchas del equipo rojo llamado el “Expreso Austral”.


En setiembre de este año, la World Travel Awards (WTA) otorgó el premio a Cuenca por ser “el Mejor Destino para Vacaciones Cortas de Sudamérica y el premio refleja exactamente lo que representa Cuenca. Es más miles de jubilados de USA, Canadá y otros países han elegido a esta ciudad como lugar de residencia.

Finalmente, resaltamos el trabajo de instituciones como ECOSISTEMA URBANO que ha planteado una serie de propuestas para convertir espacios públicos en lugares donde el poblador no solo goce de su ciudad a través de múltiples actividades como parte de “un plan de revitalización del Centro Histórico” sino que  participe activamente en la formulación de estas propuestas.


Cuenca, un excelente lugar para pasar unas cortas vacaciones. El mejor lugar de Ecuador¡


 http://www.cuenca.com.ec/

1 comentario:

Eraudio dijo...

Muy buen artículo Pepín,un resumen variado de los lugares turísticos de la ciudad, quería preguntar si hubo algún hecho histórico relacionado a la independencia de Ecuador.Gracias Pepín.