Viajar en grupo siempre es una experiencia doblemente enriquecedora no solo
porque podemos hacer nuevos amigos o compartir con los que ya lo son, sino que
en esa interacción ponemos a prueba nuestra solidaridad, tolerancia, respeto
por la diversidad y otros.
Aún para quienes tenemos experiencia en ello, organizar una salida en grupo
nos demanda un buen esfuerzo, en coordinar
todo lo necesario. El más mínimo detalle que uno no toma en cuenta puede
ser fatal para el éxito de un viaje.
Para organizar un viaje en grupo, es necesario primero fijar la fecha de
salida y el tiempo que dedicarán para viajar. Ello implica ponerse de acuerdo,
algo difícil hoy en día cuando el tiempo escasea.
Una vez que tenemos definida la fecha del viaje, escoger el destino y el
tipo de viaje es otra de las decisiones importantes que toma tiempo definir. Si
hacerlo para uno mismo toma tiempo, con mayor razón, para consensuar entre
varios viajeros.
Organizar un viaje es un tema que no debemos dejar en manos de “aficionados”,
por más buena voluntad que tengan. La experiencia y conocimientos toman
tiempo en adquirirlos y que mejor que
encomendarnos en profesiones serios y competentes con la debida experiencia. Por
ejemplo, no siempre las fotos de hoteles
que vemos en internet reflejan exactamente la realidad. Para saber qué
hoteles son los más recomendables, de acuerdo a nuestro presupuesto, es
necesario que alguien serio nos lo diga.
El tema del presupuesto es de vital importancia, pues ello nos permitirá
escoger qué tipo de hoteles queremos y qué tipo de servicio pediremos. Recuerde que a cada nivel de precio
corresponde determinada calidad (tipo de comidas, transporte y otros); sin que
ello implique que quienes nos brindan el servicio, no nos ofrezcan lo mejor en
ese rango de precio definido.
El viajar en grupo es un ejercicio de tolerancia, como ya lo hemos dicho.
Implica lógicamente llegar a acuerdos y por ende respetar ellos. Nuestros
derechos terminan donde nacen el de los demás. No nos hagamos esperar,
respetemos los horarios y el programa, sin que ello signifique “rigidez
absoluta”. Aún en el programa más estructurado, hay espacio para algo de
discrecionalidad.
Para quienes nos encargamos del guiado y del acompañamiento del grupo a lo
largo de un viaje; es una gran responsabilidad que debemos asumir con
profesionalismo y ello implica estar atento a las necesidades de todos y no
solo de algunos, respetando la vida privada de cada quien. Ser atentos no tiene
que significar ni inmiscuirnos en la vida de los demás. Cada quien tiene
derecho a sus espacios.
En un viaje grupal, el “tour conductor” cumple un papel importantísimo. Tiene
que ser “psicólogo práctico”, vale decir saber ante qué tipo de personas
estamos y de tal forma poder atenderlos de la mejor manera. El dicho “el
cliente tiene la razón” no es una verdad absoluta. Siempre habrá momentos que
tengamos que decir “no” aún a costa de la molestia de alguno del grupo. El
bienestar y satisfacción del grupo está primero que alguna satisfacción
personal. Habrá momentos también que aún si se quisiera atender el pedido de
los viajeros, no se pueda. Un viaje organizado toma un tiempo en planificarlo,
en su ruta como en la contratación de los servicios y ello implica seguirlo al
pie de la letra, con la salvedad de algunas excepciones.
Para su próximo viaje grupal, no olvide de escribrinos a ecoreservas@ecoaventuravida.com
En ECOAVENTURA VIDA siempre estaremos atentos a sus necesidades.
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