El día de ayer el diario El Comercio lanzó una muy buena idea: que los
habitantes de Lima imaginen un Lima diferente y producto de ello salió una
primera idea que plantea convertir el
Palacio de Justicia en un gran Museo del Perú uniéndole en un circuito de
museos junto con el Museo de Arte de Lima, el Museo de Arte Italiano, la Casa
Rímac o Roosvelt, el Centro Cívico y el Parque de la Exposición.
A ello nosotros agregaríamos convertir la Casona Torre Tagle, el Palacio de
Gobierno y el Palacio Municipal en también museos. El Estado y el Municipio
Metropolitano tendrían que habilitar unas instalaciones más modernas y
funcionales pero a su vez la ciudad ganaría importantes lugares destinados a
relanzar el Centro Histórico.
Ya ha habido algunas cesiones anteriores como lo fue que el Ministerio de
Transportes dejara su sede convertida hoy en el Museo Metropolitano o una parte
de la sede de Relaciones Exteriores transformada en el Centro Cultural Garcilaso (Casona Aspíllaga).
En estos últimos años importantes casonas han sido recuperadas como la casa
O Higgins (hoy un centro cultural de la Universidad Católica), la recuperada
casa en la cuadra de Jirón Ancash, donde hoy funciona el Museo Quadra o la
casona colonial que hoy es ocupada por el Museo de Minerales Del Castillo en la
calle Belén.
Otros de los esfuerzos de inversionistas privados que son de destacar
constituyen lo realizado por la empresa Art Xpress que ha restaurado una serie
de edificios republicanos y los ha puesto en valor, dedicándolos para alquiler
de oficinas. Art Xpress también ha restaurado la antigua Casa Wiese convirtiéndola
en una galería comercial, Urban Hall y está en ese proceso con el antiguo Hotel
Crillón. Destacamos también la restauración de la antigua Casa Welch (esquina
del Jr. de la Unión con Jr. Ica), hoy convertida en sede de un local de la
cadena Starbucks.
Pero no todo es éxitos. Por ejemplo los inversionistas no tuvieron mejor
idea que convertir al mítico Palais Concert en un local de las Tiendas Ripley
conservando tan solo su frontis.
En el Centro Histórico también hay tres casonas de la época colonial que
están manos privadas como la Casa Goyoneche (en manos del BCP), la Casona de
Aliaga (en manos de los herederos del conquistador español) y la casona donde
funciona el restaurante L Eau Vive (local perteneciente al Arzobispado). Las
tres casonas están muy bien conservadas no tanto así la Casa del Oidor en plena
Plaza Mayor, la casona Negreiros en Jr Azángaro y la Casa de Osambela.
Otras casas como la Casa La Riva, el antiguo Teatro Colón y el Teatro Segura
requieren que iniciativas privadas se interesen en la tarea de ponerlas en
valor de nuevo. Ni que decir de las casonas afrancesadas del Paseo Colón, el Jirón de La Unión, la zona aledaña al Parque Universitario, las
casas y conventos de Barrios Altos, la Quinta Heeren, el Barrio Chino, la zona
aledaña a la Plaza Francia, la Avenida Nicolás de Piérola (La Colmena), los
abandonados edificios de la Av. Tacna y la zona de Monserrat así como en el
Rímac, el Paseo de Aguas, La Plaza de Toros, el Paseo de Los Descalzos, entre
otros lugares hoy en completo estado de
abandono. Ya la Casona del Buque en Barrios Altos fue abatida por la desidia y un
incendio. ¿Qué esperamos para actuar?
Mejorar el aspecto de las casonas del Centro Histórico pasa por decisiones de varios
estamentos; desde los propios propietarios, por el Ministerio de Cultura, la
Municipalidad de Lima hasta por una enmarañada legislación que hacen que la
tarea de restaurar y por ende conservar el Patrimonio Cultural sea una tarea de
titanes.
Que no nos gane el tiempo y convirtamos las ideas en realidad¡¡
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