El Ministerio de Comercio Exterior y Turismo acaba de lanzar una cuarta
campaña orientada a reforzar los lazos de identidad y amor por lo nuestro. En
esta oportunidad el lema usado es “Más
peruano que…”.
Una buena propuesta aunque previamente no se ha informado los resultados de
las tres anteriores campañas. Cuánto costaron y qué metas/resultados se
cumplieron u obtuvieron; no se sabe. Un simple examen del llamado costo-beneficio, pues siendo recursos
escasos y de todos los peruanos, serviría para evaluar si estamos en buen
camino. No solo cuenta un “producto” atractivo como lo fueron “Perú Nebraska” (2011), “Loreto, Italia”
(2012) y “Representantes de lo Nuestro” (2013-2014) sino que cumpla con los
objetivos y metas; como por ejemplo, un
aumento en el número de viajeros que hayan llegado al Perú como consecuencia de
esas campañas, un aumento en el gasto per cápita del turista, grado de recordación del Perú como destino
turístico –en los principales mercados emisores -, entre otras metas
previstas.
Esta vez se apela a la idea de que siempre
hay algo que distingue al peruano sobre otros factores y ello hace que se
vea que productos, platos o lugares
típicos son “más peruanos”
A nuestro entender, tratar de resaltar algo sobre lo demás no es
necesariamente adecuado. El Perú es
sobre todo un país diverso, multicultural. En todo caso eso debería resaltarse. Por ejemplo, el “anticucho”
(trozos marinados de corazón de vaca –unidos por una varilla de caña - cocidos
sobre una parrilla) no representa a todo un panorama gastronómico del Perú. Más
valdría resaltar la variedad de “cocinas regionales” o platos que son más bien
mezcla de varias de ellas como es el
cebiche, presente en la mayoría de regiones sean de costa, sierra o selva, o incluso de la fusión de nuestra comida con
la cocina china (el chifa) o un
plato “amado” mayoritariamente por los peruanos como es el “pollo a la brasa”.
Otro ejemplo es Machu Picchu y
de lo que sigue representando para mostrar al Perú como destino turístico. En
el mundo si preguntáramos por un destino peruano, el primero y lejos es nuestra
emblemática ciudadela. Sin embargo, esto implica que a pesar de que el Perú
tiene muchos destinos importantes y pese a una intensa campaña marketera, por
ejemplo la Ruta Norte o la Nororiental
no tengan la demanda que se espera. La dependencia a un “ícono” tiene sus
bemoles. Tengamos presente el sabio dicho que “no hay que poner todos los huevos en solo cesto”.
Bienvenidos los esfuerzos que se hacen para lograr mejores resultados pero
siempre es bueno escuchar varias voces y si son independientes y críticas
mejor. No siempre “los grandes estudios” logran resultados sino miremos como un
grande (Coca Cola) falló en el lanzamiento de un nuevo producto (la Moradita –
chicha morada con gas-) o incluso varias campañas de PromPerú que han usado
“frases de campaña” o que no se entendía qué querían decir o mostrar.
La idea de resaltar el amor por lo
peruano de 3 extranjeros es interesante pero los objetos de ese amor (la comida
criolla, los caballos de Paso Peruanos y la música chicha) no es lo
representativo que se quisiera. Lo peruano es algo más. Repetimos, es lo
diverso, lo multicultural. A eso debe apuntar una campaña como éstas.
Y si desean alguna idea para
impulsar una campaña que busque fortalecer el amor por lo nuestro , por qué no
resaltar la figura de una ilustre berlinesa que abandonó un futuro prometedor
en Europa, vino a Perú y fue la gran estudiosa y descubridora de las Líneas de
Nasca. Nos referimos a la alemana María Reiche y que justamente está
relacionada con lo que dio origen al logo de la Marca Perú, una de las Líneas
de Nasca.
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