Cuando los viajeros llegan al Perú, ¿qué traen en sus maletas o
mochilas? Muchos traen maletas con ropa y muchas ilusiones por ver Machu
Picchu; otros traen mochilas llenas de sed por experimentar aventura. Hoy en día
en plena era del conocimiento, la gran mayoría viene con una idea formada de lo
qué verá. Se dice que el viajero del siglo XXI goza más de su viaje cuando lo
prepara que cuando recorre la ruta prevista debido a que muchas veces es tan
corto el tiempo y hay tanto por ver que ello nos causa demasiada lo que nos
impide gozar cómo se debería.
Lo ideal es encontrar el justo medio entre lo que se quiere conocer y
el tiempo disponible. Hay viajeros que llegan al Perú con un programa muy
puntual como lo son los chilenos que
llegan al Perú por la frontera sur. Ellos desean comer bien, recibir
atención médica y pasarla bien. Otros como
los surfers, buscan las olas de Pacasmayo, Mancora, Huanchaco, Chicama o
las de Punta Rocas, por citar algunos lugares de nuestra costa. Hay los que
buscan retar a la naturaleza y a
ellos mismos y escalan montañas en la Cordillera Blanca o recorren las rutas de
Cusco, Ancash y otros caminos a lo largo y ancho del Perú. También hay quienes
vienen a realizar negocios, a participar
en eventos o conferencias y
sabedores de la gran oferta gastronómica del Perú van a cuanto restaurante le
es recomendado para saborear la infinidad de sabrosos platos.
Como podemos ver hay intereses de
los más variados y ello nos obliga a identificar cada tipo de viajero y
ofrecerles lo mejor que demanden.
¿Y qué debemos esperar qué estos viajeros se lleven de regreso a su
país? Algunos dirán que sus maletas deberán estar llenas de artesanías, de chocolates hechos con cacao
peruano, de prendas confeccionadas con alpaca, de joyas hechas con los mejores
estándares de calidad y de acuerdo a los patrones de la moda actual, de un par
de botellas de Pisco y de tantos
productos que hoy el Perú ofrece al mundo. Pero para aquellos que estamos
en el sector turismo, pensamos que los
viajeros deberán llevarse emociones, experiencias inolvidables, las muestras de
amabilidad recibidas a lo largo del viaje, las ganas de seguir probando nuestra
gastronomía. Hoy en día mucho más que antes, gracias a la tecnología, los
viajeros toman muchas fotos y hacen videos pero qué mejor los recuerdos que se
guardan en nuestro cerebro vía nuestras retinas. Conozco gente, los menos claro
está, que dicen no querer perder el tiempo de disfrute y no toman fotos ni
videos. Para ellos lo mejor es mirar, sentir, deleitarse con los paisajes, con
los amaneceres y atardeceres y con tanta experiencia única.
Todo lo que bueno que se puedan llevar los viajeros será el primer
impulso que animará a otros de su entorno a experimentar lo mismo. Hay un
dicho muy conocido que dice que un viajero satisfecho traerá a muchos más, así
como un desilucionado será la peor promoción que pueda tener nuestro país. Hay
que ser realistas, las desiluciones se pueden dar por un mal servicio en un
hotel, el robo que podrían ser objetos, una mala atención en una aerolínea,
cobros indebidos y encima mal servicio, el bloqueo de una carretera que
impedirá conocer la ciudad de sus sueños; entre otros.
Recordemos que a los viejeros que llegan a nuestro país hay que
tratarlos con amabilidad más no con exceso y brindarles el mejor servicio
posible de acuerdo a lo que hayan pagado. Hacer de su visita un grato recuerdo.
El Perú es un lugar que ofrece muchos y variados destinos, que debido al poco
tiempo disponible no es posible conocerlos todos. Hagamos que el viajero regrese a conocer aquellas rutas por las cuales
no transitó y que sea el mejor propagandista de nuestro país. Todos estamos
obligados que sea así; desde organismos como PromPerú, la Policía Nacional, los
empresarios y en general todos los involucrados en el sector turístico así como
el ciudadano común que interactúa con un viajero.
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