Regresamos a Lima luego de un
corto viaje por Puno, ciudad situada
al lado del majestuoso Lago Titicaca y es justamente de esta ciudad sobre la
cual escribiremos esta semana.
Se puede decir que Puno es una ciudad limpia y pujante aunque aún con
muchas carencias. Para ello las autoridades deben cumplir con iniciativa y
trabajo en lo que es infraestructura y
seguridad y promover la iniciativa privada a fin de que ésta emprenda
proyectos que generen empleo y desarrollo.
El Centro de la ciudad requiere
urgente reordenar el tráfico vehicular
y desviar algunas rutas de transporte público. En las “horas punta” el tránsito
se vuelve insoportable. Simplemente con hacer cumplir las disposiciones
vigentes se arreglaría gran parte del problema.
El tramo comprendido entre la Plaza de Armas, el jirón Lima hasta el
Mercado Central (pasando por el Parque Pino) se encuentra bastante ordenado
aunque se requiere uniformizar criterios en lo concerniente a las fachadas de los
principales negocios, cuidando con ello el panorama arquetectónico.
Lamentablemente Puno no es una ciudad
que haya conservado sus casonas coloniales lo que no le da el atractivo que
sí tiene, por ejemplo, Arequipa, Cusco o el propio Centro Histórico de Lima.
Uno de los pocos atractivos es la Casa
del Corregidor que no solo ha sido muy bien restaurada sino ha sido ocupada
con atractivos locales entre ellos, un Café Restaurante, uno de los mejores de
la ciudad. Esto debe ser ejemplo a seguir en otras casonas que aún se
conservan. Puno requiere también que los propietarios de muchos inmuebles den
por fin acabados a sus propiedades. No es posible que aún sigan sin siquiera
pintar.
Como mencionamos al inicio de la
nota, Puno al estar al lado del Lago
Tititcaca tiene una enorme ventaja competitiva en lo que respecta a atraer
turistas. Sin embargo, al igual que Lima que aún no desarrolla un plan para
sacar ventaja de estar al lado del Océano Pacífico, Puno tampoco saca mucho provecho de su ubicación.
En primer lugar es imprescindible
que se lleve a cabo la construcción de un
nuevo puerto en Chulluni con lo cual se acortaría la distancia –y tiempo-
para unir la ciudad con uno de sus principales atractivos, las Islas Flotantes
de los Uros, pueblo originario de siglos de existencia.
También es necesario que se lleve
a cabo la construcción de plantas de
tratamiento de aguas residuales lo que posibilitará limpiar las aguas del
lago, que se encuentra contaminado en forma preocupante, situación que se puede
constatar a simple vista en sus orillas. Solucionar
este problema posibilitará un mejor uso de su malecón y otras zonas adyacentes.
Puno ha crecido en infraestructura hotelera, restaurantes y afines
pero cantidad tiene que tener correlato con mejor calidad. Hay buenos hoteles
de diferentes categorías pero se requiere uniformizar las normas a fin de que “las
estrellas” se reflejen en el servicio brindado. Aquí tiene una enorme
responsabilidad las diversas instancias estatales, desde el Gobierno Central,
Regional y Municipal. No basta dar normas sino velar por su cumplimiento y
fomentar la mejora del servicio, vía la capacitación a todo nivel, desde los gerentes
y administradores hasta el personal de recepción, mozos y cocineros. Esto es
muy necesario habida cuenta que la comida en los principales restaurantes
ubicados en el centro de la ciudad son relativamente caros (por ejemplo un menú
fluctúa entre los 16 y 22 soles) pero el servicio no es de lo mejor que se
podría ofrecer. Resalto aquí un pequeño
restaurante en la calle Fermín Arbulú 203, a pocos metros del Mercado Central que
vende a 3.50 soles un riquísimo plato de quinua, con la excelente atención de
una dama puneña. Ejemplo digno de imitar: muy bueno y económico.
Ya que mencionamos el Mercado Central, urge que el Municipio
Provincial lo transforme en un atractivo turístico así como lo es ahora el
Mercado San Pedro en Cusco, donde cientos de turistas lo visitan y con ello se
ha transformado en un lugar de obligada visita.
Finalmente, urge una
política de promoción cultural vía el Municipio y la Oficina Regional del
Ministerio de Cultura. No es necesario que el Estado invierta. Dejemos esta
tarea a los privados. ¿Se imaginan si la Catedral fuera sede de un Programa de
Música Barroca o en el Parque del Pino se organizara exposiciones de diferente
índole?
Los puneños tienen la
palabra para transformar esta hermosa tierra. Ojalá sea así en un corto plazo.
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