El turismo es una de las actividades económicas que más puestos de
trabajo genera (tanto directos
como indirectos) así como divisas (en el caso del turismo receptivo); sin
embargo, no merece mayor interés entre los principales candidatos
presidenciales que aspiran gobernar el Perú a partir del próximo 28 de julio.
El panorama por tanto es incierto
pues a alguna propuesta como crear un ministerio del sector no se le suma
alguna más de verdad interesante y viable.
Al cierre del año las cifras que
se muestran no son fiables pues éstas incluyen muchos viajeros que no vienen
precisamente a hacer turismo sobre todo en las zonas de frontera donde se
contabilizan a aquellos que pasan las mismas para realizar tareas de comercio (se espera un crecimiento en
llegadas de turistas del orden del 7%, lo que representa en total 3.5 millones
de turistas). Así mismo, las estadísticas de diversos atractivos turísticos
no reflejan lo que pasa en esos lugares.
Un caso emblemático es el número de visitantes a las Islas de los Uros en Puno
cuyo número está evidentemente subvaluado.
Por varios años se ha venido discutiendo
entre los diversos órganos estatales (como el ministerio del ramo y PromPerú) y
los diversos gremios empresariales así como conocedores del tema sobre qué
hacer para promover la llegada de turistas a nuestro país. Algunos hablan de diversificar y depender menos del atractivo estrella
como es Machu Picchu. Para ello se ha venido difundiendo otras rutas
alternativas como la Nor Oriental y la Moche.
En el caso de la primera lo que
atenta contra su desarrollo es la conectividad tanto regional y con Lima, lo
que no permite el crecimiento del número de visitantes a dos grandes atractivos
como la ciudadela de Kuelap y la
catarata de Gocta. Así mismo, en la zona no hay suficiente infraestructura
hotelera y de servicios pues al no haber un flujo significativo de visitantes, los
proyectos no son rentables. La paradoja de quién es primero; ¿el huevo o la
gallina?
En cuanto a la ruta Moche podemos
decir que tiene un crecimiento importante pero se ve condicionado al tema de la seguridad en su principal
punto de interés (Trujillo) y a los problemas ambientales que atentan
contra su principal playa, Huanchaco.
Sin embargo el dilema no es solamente
qué ofrecer sino a quién ofrecer todo lo que podemos mostrar como atractivos.
Hay actualmente un proyecto en Piura que plantea construir un gran resort
playero frente a las Islas Lobos de
Tierra que compita con otros atractivos similares en el Caribe. Algo que
aún suena a quimera porque estamos hablando de un proyecto que competiría con
zonas posicionadas desde hace mucho tiempo.
Sin embargo y retomando el tema,
creemos que se debe reposicionar al Perú como un destino que ofrece diversas
posibilidades a variados segmentos. Es ahí a dónde debemos apuntar. Vale decir
a segmentos como el de aventura
(andinismo, treking y escalada; principalmente en las regiones de Ancash, Cusco
y Arequipa). Es sabido que para muchos escaladores de montañas, la Cordillera Blanca es una “maestría o
doctorado” que sueñan hacer aunque sea una vez en sus vidas. De igual forma
la ruta llamada “Inca Trail” es un
sueño al que solo 500 personas al día pueden acceder para llegar caminando a la
ciudadela de Machu Picchu. Apuntemos entonces al turista de mayores ingresos
que pague como lo hace por ejemplo en el Nepal. Adicional a este camino, habrá
que agregarle mayor promoción a las rutas
de Lares y Salkantay en la región Cusco.
Otro segmento que hay que atender
con prioridad es el interesado en la
naturaleza (ecoturismo) y en especial a los observadores de aves (Ruta Nor
Oriental) y aquellos que buscan nuevos destinos como la Reserva Ecológica de
Chaparrí en la región Lambayeque).
También hay que dinamizar el
turismo vivencial y místico donde tenemos ventajas competitivas basadas en
nuestra ancestral cultura e historia. En la actualidad, el ministerio del
sector tiene un importante proyecto que busca consolidar excelentes iniciativas
comunales en diferentes zonas del país como en las regiones de Cusco, Puno,
Ancash y otras zonas).
Así mismo es menester insistir en
señalar el enorme potencial que tiene la
región Puno que cuenta con el extraordinario atractivo del lago Titicaca
que en sus alrededores tiene diversas zonas arqueológicas, místicas, culturales
y vivenciales. Para decirlo en pocas palabras, Puno podría ser un destino en sí
donde un turista podría quedarse una semana y no los dos días que es
actualmente, en promedio.
También debemos aprovechar que el
Perú está situado en la Amazonía y
promover el turismo en lujo que busque nuevas experiencias, navegando –por
ejemplo- en el Río Amazonas.
Ni que decir del turismo gastronómico como hemos ya hemos escrito en anterior post
http://ecoaventuravida.blogspot.pe/2015/12/peru-mejor-destino-culinario.html
Finalmente, cabe resaltar el
dinamismo del turismo interno sobre todo
en zonas cercanas a Lima como en sus
provincias, las regiones Ica, Ancash y Junín (Selva Central y Valle del
Mantaro) así como las playas del norte (Tumbes y Piura).
Como ya lo hemos indicado
anteriormente, creemos que es necesario
promover la llegada de turistas de importantes emisores como China, Rusia,
algunos países árabes y de Oceanía; sin descuidar nuestro principal mercado,
Estados Unidos y los países limítrofes como Chile y Colombia.
Como vemos amigos lectores, la tarea es ardua pero necesaria para que
el sector del turismo siga teniendo la importancia en el quehacer económico del
Perú. Y no olvidemos tampoco que el desarrollo generado sirva para incluir a
muchos peruanos que aún se encuentran en pobreza y viven cerca en donde se
desarrolla el turismo.
Un abrazo a todas nuestras amistades.
Felices Fiestas y un venturoso 2016. Volvemos el 4 de enero¡
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