Muchas veces hemos escuchado acerca de un dicho
antiguo, “gota a gota el agua se agota”, situación que la sufren aún muchas personas que a
diario tienen que proveerse de agua escasa y cara, producto del agotamiento de
las fuentes de aprovisionamiento de este líquido vital o porque no han accedido
a conexiones domiciliarias. En Lima hay aún 1 millón de personas que no tienen
acceso al agua y saneamiento básico y 1 de cada tres pobladores rurales también
sufren de este problema.
Sin embargo en muchas de nuestras casas, producto
de desperfectos en las instalaciones, el agua se desperdicia y el recibo de
consumo mensual aumenta día a día en desmedro de nuestras economías.
Esto sería solamente un problema vinculado a
nuestro presupuesto familiar si el agua no fuera un bien escaso. Sin embargo,
ello va más allá convirtiéndose en un
grave problema vinculado a una actitud poca solidaria con aquellos que sufren
las consecuencias de no contar con agua de calidad.
Entonces debemos tomar una serie de acciones
que nos permitirá hacer un uso eficiente del agua. Según cálculos de Sedapal,
Lima consume 250 litros de agua cuando el promedio debería ser de tan solo 50
litros diarios según la ONU. Cabe señalar que este sobreconsumo se torna
relevante en la medida que Lima es un oasis (el segundo más grande del mundo) y
tomando en cuenta el impacto que causará el Fenómeno del Niño este año en la
provisión de agua.
El problema se agrava cuando el agua consumida
no solo se desperdicia sino que no se paga tampoco. Según cifras que maneja
SEDAPAL, el 29% del agua consumida no se factura, con los consiguientes
problemas que ello significa para la economía de las empresas prestadoras de
servicios (EPS) a nivel nacional, pues este patrón se repite a lo largo y ancho
del país. Otro dato importante es que al año se mueven más de 130 millones de
soles como producto del comercio de agua en camiones cisternas y con el
agravante que mucha de esta agua no es de calidad. Los que pagan más son los
que menos tienen.
A continuación señalamos algunas medidas que
debemos tomar como usuarios para evitar
este círculo vicioso (escasez de agua potable-usuarios sin atención-empresas
prestadoras deficitarias).
En primer lugar arreglar fugas y desperfectos en las instalaciones. Arreglarlos
permitirá un sustantivo ahorro y un menor desperdicio del líquido elemento.
Reciclar el agua y aprovechar ésta para regar
nuestras plantas, de preferencia en horas de la noche.
Lavar los servicios y
enjuagarlos cuidando de no tener el caño abierto por mucho tiempo, lo que permitirá un consumo más
racional.
Bañarse rápidamente y
enjabonarse con la ducha cerrada. No saben cuántos litros podrían ser ahorrados.
Lavarse los dientes y
enjuagarlos con un vaso. No dejar el caño abierto ni cuando se cepillan los dientes ni menos
cuando se afeitan.
Lavar vuestro auto con trapos humedecidos y no con
chorros provenientes de mangueras.
Revisar constantemente
el WC y los caños.
Una pequeña filtración en forma permanente ocasiona un gran desperdicio de
agua. Usar tanques de agua y caños ahorradores, de preferencia.
Usar la lavadora con
“cargas completas”
evitando su uso para pocas prendas
Incentivar el uso
racional del agua entre los pequeños del hogar. Las buenas costumbres se aprenden desde niños
y en casa.
Un uso racional del agua no solo es deseable
sino es un imperativo en un mundo donde el agua se ha convertido en un recurso
escaso y caro.
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