Mis recuerdos de la Costa Verde se remontan cuando ésta era verde y la vía
que discurría paralela al mar era usada solo por lo veraneantes, muchos de los
cuales nos desplazábamos en buses de uso escolar que nos dejaban y recogían de
lunes a viernes desde Pueblo Libre o Jesús María.
El avance de la modernidad, léase la construcción de viviendas y el
consiguiente uso de las aguas subterráneas, convirtieron a la Costa Verde en un
lugar donde sus acantilados ya no eran “verdes” sino áridos.
Las playas, antes poco contaminadas,
poco a poco fueron deteriorándose y su acceso se volvió
una vía rápida para los autos particulares.
Un primer paso para la mejora del paisaje fue la iniciativa del entonces
alcalde de Miraflores que con técnicas “riego por goteo” convirtió a los
acantilados de este distrito de nuevo en “verdes”; pero en contraparte en
Barranco se permitieron construcciones que atentaron contra el paisaje natural.
Los acantilados de la Costa Verde son “intangibles” pero hay diversas propuestas
para que no lo sigan siendo y se permita la construcción de un hotel de lujo y
otras obras. El Municipio de Lima Metropolitana y los municipios distritales
adyacentes a la Costa Verde se “tiran la
pelota” para decidir al respecto.
Sin embargo diversas propuestas buscan potenciar su uso y utilidad. Ya se
plantea que sea un corredor de buses de servicio público y ello debería
conllevar que se restrinja el acceso a vehículos particulares. Otra propuesta
plantea la construcción de escaleras de acceso para que se pueda ir a sus
playas con todas las seguridades del caso.
El proyecto de mejora de la Costa Verde ya tiene un buen tiempo en “blanco
y negro”. Para ello se requieren recursos tanto del Gobierno Central como para
la Autoridad Autónoma. Básicamente se ha
avanzado en la zona de Magdalena y San Miguel pero las obras desde hace un buen
tiempo han estado detenidas hasta ayer que se vuelve a “poner la primera
piedra” de su remodelación, cuyo primer tramo será llevado a cabo entre octubre
del presente año hasta marzo del 2013 (desde la Bajada Marbella en Magdalena
hasta la Bajada Bertolotto en San Miguel) y el segundo tramo, comprendido entre
San Isidro y Chorrillos, será ejecutado entre abril y diciembre del 2013. La
inversión total será 220 millones de soles y comprenderá el mejoramiento
integral de la Costa Verde (doce puentes peatonales, construcción de una
ciclovía, áreas verdes recreacionales y
servicios higénicos), repavimentación de la vía, ampliación de 2 a 3 carriles,
dos pasos a desnivel en Sucre y Marbella y colocación de mallas que protejan
del desprendimiento de piedras de los acantilados).
Coincidimos que las autoridades siempre planificaron la ciudad, cuando lo
hicieron, de “espaldas al mar”. Lima es la única ciudad capital de Sudamérica
que tiene esta importante localización, es decir estar a orillas del océano.
Esperemos que las futuras inversiones en la Costa Verde respeten el
paisaje, el acceso público a las playas y que la ROSA NAUTICA sea un ejemplo
para el otorgamiento de una concesión en una zona adyacente al mar o sea que se
debe invertir en espigones y otras obras. Basta de “autorizaciones” que atentan
contra la intangibilidad de esta importante zona de la ciudad, cuya longitud
comprende 14.5 kilómetros.
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