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miércoles, 3 de octubre de 2012

RICARDO PALMA Y SUS TRADICIONES PERUANAS



Ricardo Palma el notable escritor peruano es considerado un patriarca de las letras siendo una de sus obras cumbre las TRADICIONES PERUANAS. Nació en Lima el 7 de febrero de 1833. Estudió en el Convictorio de San Carlos Jurisprudencia donde acabó en 1853, sin embargo su vida transcurrió luego entre barcos como contador en diversos barcos de la armada; de la cual fue expulsad y desterrado a Chile por tres años hasta 1863. Regresó al Perú para luego emprender viaje a Europa y Estados Unidos. Fue luego Cónsul en Brasil y a su regreso a Perú, el combate del 2 de mayo de 1866 lo encuentra como funcionario ministerial. Luego fue secretario del Presidente Balta y senador por Loreto en forma paralela. En 1873 Ricardo Palma se retiró de la vida política y se dedicó por entero a las letras. Luego de la guerra con Chile, Iglesias lo nombra director de la Biblioteca Nacional hasta 1912 y luego pasó al retiro hasta que murió a los 86 años.
Desde joven la  política lo atrajo pero más pudieron las letras que lo cautivaron. Sus obras fueron variadas desde Anales de la Inquisición de Lima (1863). Armonías (1865) Las Pasionarias (1870), Verbos y Gerundios (1877) y luego Las Tradiciones Peruanas reflejan la historia peruana contada no con la rigurosidad científica sino con un estilo jocoso, picaresco y a la vez crítico; un estilo peculiar: a pesar de las críticas que la hacían por recordar un pasado colonial. Las Tradiciones son leyendas breves que colocan a Ricardo Palma como uno de los más grandes prosistas de su época por la riqueza del habla castellana con que las narra y un estilo fácil que hace “adictiva” su lectura. Ricardo Palma escribe estas Tradiciones desde 1872 hasta 1908 y fueron escritas para diversos periódicos y revistas, creando un estilo literario peruano, costumbrista y resumen de la memoria colectiva.
Las Tradiciones Peruanas abarcan tres siglos: en total fueron 453, 6 de las cuales sobre los incas; 339 en el Virreinato desde los conquistadores, pasando por los virreyes desde Toledo, Superunda, Amat, hasta La  Serna derrotado por los independentistas y 92 hasta la mitad del siglo 19 (43 a la emancipación y 49 a la República). 16 escritos no logran ser ubicados en el tiempo.
Los personajes de las Tradiciones son variados, desde los conquistadores, presidentes y gente importante como el clero y sus obispos; los oidores; los nobles elegantes y vanidosos; los comerciantes adinerados; los médicos; la mujer limeña y también los personajes de oficios menores.
Ricardo Palma caricaturiza y muestra un mundo limeño, trágico y pintoresco, severo y cómico jerarquizado y sin prejuicios.
Ricardo Palma fue un eterno enamorado de los libros, pero su biblioteca fue incendiada en plena batalla de Miraflores en 1881 y poco después la Biblioteca de Lima sufrió el mismo trágico destino. Tres años después fue encargado de reconstruir la Biblioteca pública de Lima. Palma con mucho tesón, apelando a sus amigos y relaciones logró su cometido, trabajo que dejó 28 años después con la satisfacción del deber cumplido.
Un hecho importante en su vida intelectual fue su participación en 1892 como delegado del Perú en el Congreso Internacional de Americanistas en España en donde propuso que centenares de americanismos, especialmente peruanismos,  fuesen incorporados al Diccionario de  la Real Academia Española de la Lengua. Solo se logró que un pequeño número de ellos fueran incorporados, sin embargo tiempo después la mayoría de ellos fueron incorporadas.
En un recordado homenaje en 1912 Ricardo Palma dijo lo siguiente: “Vóyme de aquí contento y orgulloso, porque sé que al honrar mis canas y mi actuación literaria y bibliotecaria, lo habéis hecho con honda sinceridad y sin ajenos móviles que bastardearan vuestra manifestación. Recibid toso, amigos míos, el abrazo estrecho que os doy con el alma entera, antes de irme al desierto a plantar de nuevo mi tienda y a soñar allí con mis conquistadores valerosos, mis virreyes caballerescos, mis tapadas limeñas, gentilmente bellas y espiritualmente decidoras, Mis dolencias físicas no me permiten ya escribir tradiciones; pero habéis tenido la nobleza de escribirle al abuelo la última, la más hermosa”

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