Estamos a pocos días de conmemorar el 478º aniversario de la fundación
española de Lima, capital del Perú. Hasta muy poco la gran mayoría de limeños
tenía como referente primigenio esta fundación y obviaba el pasado pre-inca de
nuestra ciudad cuya presencia está muy viva en sus huacas, los canales de
regadío aún existentes y los imponentes centros ceremoniales de Pachacamac,
Puruchuco y Pucllana.
Lima en estos casi 5 siglos de existencia se ha consolidado como una ciudad
de diversas culturas hasta convertirse en un mosaico no solo racial sino sobre
todo cultural. De la ciudad de casi 15 mil habitantes que tenía a finales del
siglo XVI, hoy es una urbe de casi diez millones de habitantes y de las 117
manzanas que existían en su fundación hoy Lima es una megaciudad en donde tan
solo el 27% vive en lo que llamaríamos la Lima “tradicional“ y la gran mayoría
en los que algunos aún llaman conos, principalmente en el lado norte de la
ciudad.
De las antiguas calles del centro Histórico con nombres tan sugerentes como
Portal de Botoneros, Pescadería, de la Coca (Márquez de la Coca), Corral de
Burros; hoy Lima se levanta hacia arriba con muchos proyectos de viviendas,
centros comerciales, nueva infraestructura víal, entre otros. Lima por cierto,
para aquellos que no vienen por más de diez años, es otra.
Una amistad me hacía ver que ir a las zonas como Villa El Salvador, Gamarra
o la zona Norte era mostrar un poco de algunas de “nuestras miserias”. Sin
embargo le hice ver que ello era un prejuicio. Que estas zonas tenían un potencial
inmenso y era resultado de una “gesta” de los diversos emprendimientos, hoy
convertidos en realidades que “mueven millones de dólares” en inversión. Una
real muestra del un “capitalismo popular” existente.
De las primeras invasiones en San Cosme y El Agustino (años 40s), pasando
por Comas Ciudad de Dios, San Juan de Miraflores, Villa Maria del Triunfo hasta
Villa El Salvador (70s) y Huaycán (80s) y la explosión urbana de San Juan de
Lurigancho y el eje Santa Anita-Vitarte; mucho ha pasado. Hoy en esos lugares
son objeto de interés comercial de los inversionistas de centros comerciales. Un
dato importante es que más de 28 mil microempresas solamente en la zona de San
Juan de Lurigancho, el distrito más poblado del Perú con más de 1 millón 400
mil habitantes.
Ayer nos dimos nuestro acostumbrado paseo dominical en el Centro Histórico
y fuimos parte de un desfile de santos y Vírgenes del Cusco. El Perú Profundo
salía bailando y haciendo música desde la Catedral hasta la Iglesia de San Sebastián.
Realmente impresionante no solo para unos jóvenes alemanes que nos acompañaban sino
incluso para nosotros.
Hay mucho de que enorgullecernos pero también hay muchas carencias. Aún la
ciudad sigue creciendo sin un plan que asegure el abastecimiento de servicios; seguridad
y un sistema de transporte eficiente. Hay mucho “escrito en el papel” pero que
aún no se traduce en algo tangible.
Un columnista de un diario local, reclamaba una mayor inversión en uno de
los principales museos de la ciudad, el Museo de Arqueología, Antropología e
Historia. Para muchos podría ser un gasto pero esto constituye sin lugar a
dudas, en una inversión que ayude a conservar nuestra memoria colectiva y
fuente de ingresos mediante la visita de más turistas que busquen tener una idea
global de nuestro pasado histórico, desde la época lítica hasta nuestros días.
(continuará)
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