¿Tradición es calidad? No necesariamente pero muchas veces sí. Para muchos
de los que hemos vivido ya algunos años siempre está el deseo de recordar y
relacionar nuestra vida presente con situaciones, lugares o acontecimientos pasados.
Hace unos días recorriendo nuestro Centro Histórico pudimos disfrutar de
algunos lugares asociados a nuestra memoria, a la memoria de muchos que pasamos
parte de nuestras vidas en el emblemático Centro.
El bar del Hotel Bolívar, el café Dominó, el antiguos Bar Munich y el
también antiguo bar Queirolo en un radio de no más de cien metros de la Plaza
San Martín, evocan años de historia y por qué no calidad también. Un buen café
o pisco sour en el Bolívar; una jarra de cerveza con su piqueo de salchichas en
el Munich; un buen plato de comida
alemana en el Dominó o una “res” (botella de puisco, hielo, ginger ale, hielo,
jarabe de goma y amargo de angostura) con su butifarra o un cau cau en el Queirolo.
¿Para qué más?
Pero tantos otros lugares han desaparecido con el paso del tiempo como el
Embassy o se mantienen pero con otras características como el ex Negro Negro
(hoy de Grot) y el café Zela, los tres en la Plaza San Martín.
Hay otros lugares históricos que nos llaman a ser visitados como la
Panadería Los Huérfanos (esquina Puno con Azángaro); la sandwichería El Chinito
(esquina Chancay con Zepita) y sus clásicos chicharrones, sándwiches de jamón o
“completos”; el bar Carbone (esquina Cailloma y Huancavelica) y sus butifarras,
pejerreyes y ensaladas de pallares y garbanzos; el Bar del Hotel Maury y su
magnífico Pisco Sour preparado por el maestro Eloy Cuadros y el poco acogedor
pero histórico al fin, Cordano (esquina Ancash con Carabaya).
Es cierto que todos ellos son iniciativas privadas expuestas a la
permanente competencia del mercado, la oferta y demanda; pero no debemos
olvidar que todos ellos son parte de nuestra historia y es menester que sean
promovidos por los encargados de turismo de la Municipalidad de Lima no porque
se debe dar alguna prebenda sino que ahí pasaron personajes y hechos importantes
y su existencia está ligada a la existencia misma del centro Histórico.
A estos lugares de hecho que debemos también resaltar que iniciativas
privadas han rescatado lugares que estaban condenados al abandono y quizás a la
desaparición como el antiguo Palais Concert
hoy Ripley; las casonas O Higgins y Riva Agüero de propiedad de la
Universidad Católica; la antigua casa Welch que pronto será una conocida cadena
de cafeterías; la Casa Wiese es la galería Urban Hall; el proyecto comercial aún
inconcluso donde funcionaba el hotel Crillón: el Museo Quadra en la casona del
mismo nombre; el antiguo Aero Club, hoy una galería comercial; la antigua
Estación de Desamparados hoy la Casa de la Literatura o el antiguo local de
Correos, hoy Museo de la Gastronomía; el antiguo Senado, hoy el Museo de la
Inquisición y el ex restaurante Trece Monedas, hoy el Museo Afroperuano; entre otros.
Otros lugares continúan siendo lo que originalmente fueron como el
tradicional Club de La Unión en la Plaza Mayor; el Club Nacional en la Plaza
San Martín; la Casona de San Marcos en el Parque Universitario; la Casa de Osambela
en Jirón Junín a pocos metros de la
Plaza Mayor.
Esperan mejores días y una buen inversión el ex Cine Colón (cerrado), la
Casa Roosvelt; el antiguo hotel Savoy (sede de algunas imprentas en su parte
baja); los ex cines Imperio, Colmena, Le
Paris, Tacna y Central; el café Mario (local tapiado, en la esquina de Tacna y
Colmena); el Círculo Militar de la Plaza San Martín; entre otros.
Como ven la historia del Centro Histórico de Lima no se circunscribe a uno
o dos lugares; son muchos que deben ser promocionados para que la gente regrese
al lugar más importante de la Capital.
No se olvide si desea acompañarnos en los tours peatonales en el Centro
Histórico, escríbanos a reservas@ecoaventuravida.com
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