Hace 49 años el escrito Sebastián Salazar Bondy publicó un libro llamado “Lima,
la horrilble”; título que es aprovechado por algunas personas para descargar
sus frustaciones y animadversiones contra una ciudad donde viven o están de paso.
A ello se hace eco un periodista de un prestigioso diario peruano, El
Comercio, quien hoy en su columna semanal escribe sobre las impresiones de un
ciudadano estadounidense que son tomadas por el diario “Los Angeles Times” el
cual generaliza erróneamente una opinión particular.
Como ya hemos escrito anteriormente, Lima en los últimos 20 años ha cambiado
notablemente. No todo es “color de rosa” pero tampoco es la ciudad “fea, sucia
y pegajosa” conceptos contra los cuales el periodista Rolando Chumpitazi ni
siquiera intenta una defensa.
Hemos tenido contacto con muchos extranjeros que han visitado nuestro país.
Y en su totalidad, son conscientes que no pueden comparar una realidad alemana
o china con una como la limeña. Es cierto que hay muchas deficiencias aún pero
no por ello debemos ponerlas por delante de las muchísimas bondades que ofrece
la ciudad de Lima.
Recuerdo mucho lo que nos dijo un viajero mexicano cuando se despedía de
nosotros luego de estar 4 días más de lo previsto, producto de una “feliz” prolongación involuntaria de su
estadía en Lima. Nos contó que cuando venía en el avión comentaba ello con un
connacional y éste “le dijo que se aburriría” y esto no sucedió, por supuesto.
Nuestro amigo mexicano nos dijo que “no solamente no se había aburrido sino que
le faltaron días para gozar de todo lo que le brindó Lima”. Y éste no es un
caso aislado, son muchos los viajeros que ya no se quedan “de paso” en la
ciudad sino que la eligen como destino principal de su viaje como el caso de un
joven alemán que vino hasta en 3 oportunidades para pasar parte de sus
vacaciones en Lima.
Lima es la única ciudad en Sudamérica que está al pie del mar y todo su
entorno es parte de un proyecto de mejoramiento a fin de convertir la llamada
Costa Verde en un gran centro de esparcimiento. En sus aguas muchos viajeros
van a practicar el “surf” y desde su acantilados sobrevuelan los distritos
aledaños.
Para otros es sorprendente que a pocos kilómetros puedan estar en reservas
naturales donde pueden ver entre otras aves endémicas como en las Lomas de
Lachay, los Pantanos de Villa o la Albufera de Medio Mundo. A poca distancia y
aún en medio de la ciudad se pueden apreciar centros arqueológicos con cientos
de años de antigüedad como Puruchuco, Pachacamac, Pucllana, Huallamarca o
Caral, la ciudad más antigua de América.
Aunque Lima adolece de suficientes áreas verdes, los viajeros pueden pasear
en medio de un olivar en el distrito de San Isidro, rodeado de hermosas casas del
siglo pasado o caminar a lo largo de la parte alta de los acantilados de
Miraflores. Y ni que decir del Parque de la reserva donde pueden apreciar sus
fabulosas fuentes de aguas, incluyendo excelentes shows de música, luz y
movimientos de chorros de agua.
Ni que decir de nuestra sabrosa gastronomía, muy a pesar de “algunos
expertos” quienes con algún interés oscuro tratan de minimizar. Millones la
están descubriendo alrededor del mundo y en Lima los viajeros tienen una
variada oferta de restaurantes de primera categoría y innumerables lugares donde
divertirse sea en el emblemático distrito bohemio de Barranco o en los
distritos de Miraflores, San Isidro y el propio Centro Histórico donde hay un
circuito para degustar el peruano Pisco Sour (no como el argentino Martín
Caparrós –equivocádamente – señala que es de origen chileno). En este circuito
podemos mencionar entre otros a los bares del Hotel Maury y Bolívar, los bares
Cordano, Queirolo, Bolivarcito y un pequeño bar llamado Atrévete.
Y si seguimos mostrando las bondades que ofrece Lima a los viajeros,
mencionares su hermoso Centro Histórico al cual pueden acceder desde Miraflores
o San Isidro mediante un moderno sistema de buses llamado Metropolitano.
Hermosas iglesias barrocas, impresionantes colecciones de arte religioso,
maravillosas casonas y balcones coloniales, entre otros impresionan a los más
exigentes viajeros. Y si quiere una sensación única, desde la Plaza Mayor y en
tan poco más de 3 horas puede pasar del nivel hasta los 5 mil metros de altitud.
Lima es una ciudad de contrastes: su clima es húmedo pero no tiene los
extremos de Buenos Aires por ejemplo (en cuanto a frío o lluvias); podemos
pasar de la bonanza absoluto a zonas de pobreza deprimente pero esto en algunos
años más dejará de ser como lo confirman estudios hechos por prestigiosos y
serios economistas. Varias obras están previstas realizar en los próximos años
como un gran Centro de Convenciones en un área de 1 millón de m2 al lado del
mar, en el vecino puerto del Callao; la ampliación de la Línea 1 del Tren
Eléctrico que unirá en 43 minutos el pujante distrito de Villa El Salvador con
San Juan de Lurigancho, el distrito más poblado de Latinoamérica; además está
prevista la ampliación de su aeropuerto considerado el mejor de Sudamérica; se
espera un gran cambio en el transporte que lo modernizará y hará más amigable y
eficiente; entre otras obras de envergadura.
Lima es una ciudad pujante, donde sectores emergentes han emprendido un
gran cambio en la sociedad. Los antes llamados despectivamente “conos”
(distritos periféricos) hoy son centros de riqueza y desarrollo.
Es cierto que la ciudad tiene un gran problema de seguridad, como muchas
ciudades en el mundo, pero que esperemos que nuestras autoridades logren
revertir este panorama. Frente a ello millones de hospitalarios limeños ofrecen
su mano amigable al viajero y también al migrante. Lima es una ciudad forjada
en el crisol de muchas culturas y razas. Su comida y sus manifestaciones
culturales son una muestra de ello.
Para concluir quiero tomar un hecho anecdótico señalado por el viajero
estadounidense, quien dice sentirse decepcionado porque su “mejores museos”
estaban cerrados. Todos los museos en el mundo pasan por épocas de cierre por
mejoras o restauración. Quizás le diría a este amigo que desconocer algunas
cosas es resultado de “viajar por su cuenta o valerse solo de guías escritas”.
Sé de viajeros que se han quedado impresionados por la vida cultural que ha
surgido en la ciudad desde museos como el “Rafael Larco “en Pueblo Libre hasta exposiciones
de arte, puestas en escena de obras de teatro y otras.
Ya lo hemos dicho también: la mejor forma de conocer una ciudad como Lima
es hacerlo con guías conocedores de su ciudad y de las diferentes ofertas que
ofrece para todo tipo de intereses. La
calidad, seguridad y satisfacción total requieren una inversión que asumir.
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