Los limeños cada día tienen una mayor oferta gastronómica y de diversión.
Esto debido a la inversión realizada por privados que surgen en el mercado para
satisfacer nuevos nichos de mercado.
Sin embargo no necesariamente debemos mirar solo los nuevos restaurantes o
bares sino a aquellos que durante años constituyen la “tradición de la ciudad”.
Varios son los ejemplos que podemos citar, empezando por aquellos situados
en el Centro Histórico de Lima como el mítico bar del Hotel Maury donde cuentan, se inventó el “Pisco Sour” en
respuesta a lo que algunos sostienen que fue en el desaparecido Bar Morris. En
el bar del hotel Maury (esquina Ucayali con Carabaya) , el maestro Eloy durante
años y años viene preparando este cóctel peruano para la total complacencia de
un consumidor exigente.
Otro de los bares típicos es el del hotel
Bolívar (Plaza san Martín) donde el gran John Wayne conoció a quien luego
fuera su esposa, la peruana Pilar Payet. Hoy el Bolívar ha tenido un segundo
despegue gracias a la enorme y fiel clientela que todos los fines de semana
copan sus mesas.
Otros bares del Centro gozan también de la preferencia de diversos
segmentos de la población. El Queirolo
(esquina Quilca y Camaná) dirigido a consumidores que prefieren un ambiente más
bohemio compartiendo las copas con una variada gama de platos criollos o el
famoso bar Munich (cuadra 10 de
Jirón de La Unión) con su típico pianista, sus chops y sus piqueos. Dos bares
más donde se puede degustar diversos sándwiches y a la vez tomar un buen café o
una cerveza son el Cordano (esquina Ancash y Carabaya) o el Carbone (esquina de Huancavelica y
Cailloma).
Lamentamos que antiguos centros como por ejemplo el Palais Concert no haya sido restaurado y recobrado su antigua prestancia como centro de diversión y que antiguos locales como el Embassy (hoy Etnias), el Bar Zela (hoy con el mismo nombre) y el Negro Negro (hoy De Grot) no estén bien reemplazados por los actuales bares.
Lamentamos que antiguos centros como por ejemplo el Palais Concert no haya sido restaurado y recobrado su antigua prestancia como centro de diversión y que antiguos locales como el Embassy (hoy Etnias), el Bar Zela (hoy con el mismo nombre) y el Negro Negro (hoy De Grot) no estén bien reemplazados por los actuales bares.
Si nuestros lectores quieren saber de otras opciones: citaremos La Flor de la Galicia (Vidal 962) en
Breña; el Queirolo y El Bolivarino en
Pueblo Libre; el Bar La Botica
(Petit Thouars 3910) en San Isidro; la famosa sandwichería El Chinito (esquina de Chancay con Zepita), el Rincón Cervecero (cuadra 10 de Jirón de La Unión) y el Olvídate Bar (Contumazá 951), los tres
también en el Centro Histórico o los bares que ocupan hermosas casonas en
Barranco como el Ayahuasca (Mansión
Bernizon) o El Victoria (casona
Solari) y el imperdible Bar La Noche.
A todos ellos se suman nuevas alternativas como el Art Deco, el bar del piso doce del Hotel Radisson, el Bar Huaringas, el Bizarro, el café Haití o los
bares de los hoteles Marriot y Thunderbird en Miraflores o el Cala y el Amor Amar en
Barranco o los bares del Hotel Westin
en San Isidro.
Como aprecian el panorama es amplio y variado. A darse una vuelta por estos
lugares. Calidad garantizada.
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