Coincidimos con muchos especialistas que dicen que el desarrollo del ser humano dentro de una familia constituida y formada en valores, es la mejor forma de combatir las disfuncionalidades de una sociedad
Una familia crece y se fortalece compartiendo desde las obligaciones hasta los
momentos de esparcimiento y dentro de éste están los viajes que desde niños
hacemos en familia.
Una amistad recordaba los días que pasaba en la casa de campo, conversando con
sus padres y realizando pequeñas tareas que le eran encomendabas. Aprendía
haciendo, lo que hoy innegablemente es más difícil pues la tecnología en vez de
mejorar las relaciones interpersonales, al parecer las dificulta.
Qué decir de los viajes que antes se hacían por tierra y el pasatiempo
preferido era contar historias mientras hoy cada quien está ensimismado en su
smartphone o tablet.
Sin embargo estos viajes no tienen porque desenvolverse así, sino más bien
pueden ser una oportunidad para que se dialogue, se intercambien experiencias y
cada quien –incluso los menores- puedan asumir roles y responsabilidades.
Una forma de viaje que se presta para ello es el camping o campamentos al
aire libre. El proceso que implica hacer un viaje de estos empieza desde
escoger el lugar, hacer la lista de cosas que se llevarán, organizar su
almacenaje en la maletera del auto y luego al llegar al lugar donde pasaremos
los días de camping, empezar a levantar las carpas, prender la fogata, preparar
las comidas y al finalizar el día compartir canciones al son de una guitarra o
conversar sobre diversos temas.
Los viajes de aventura también nos deparan una serie de experiencias que
mejoran nuestra interrelación personal con la familia como el canotaje que
obliga a remar conjuntamente para llegar a la meta (lo que indudablemente nos
ayuda a mejorar nuestras cualidades que nos permiten el logro de objetivos).
Caminar en grupo también es otro de las modalidades de aventura que nos brinda
una serie de oportunidades que permiten afianzar la familia y poner a prueba
nuestro temple.
Sobre los destinos para viajes de aventura familiares podemos indicar desde
un sencillo hiking en las Lomas de Lachay hasta caminatas de dificultad
intermedia en la Carretera Central o de mayor grado en Marcahuasi.
Para los que deseen probar por primera vez con el canotaje, el río Cañete
en Lunahuaná nos brinda desde rutas sencillas de grado 2, dependiendo la época
del año (entre abril y setiembre).
Para los amantes del camping, hay diversos lugares como el propio
Lunahuaná, las playas del norte y sur de Lima o el pueblo de Obrajillo en
Canta.
No se requiere presupuestos muy cuantiosos ni muchos días; tan solo organizarse
bien y atreverse a disfrutar con la familia, desconectándose del mundanal ruido
y con ello dándose un placentero descanso.
https://www.ecoaventuravida.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario