Lima ha cambiado enormemente en estas 3 últimas décadas. ¿Quién lo puede
dudar? Y no hablo solamente de las zonas períféricas, antes llamadas conos, hoy
pujantes barrios, sino de zonas ya
consolidadas como Miraflores. Viví justamente
ahí entre 1982 y 1994 y en esos años se dieron los primeros cambios como la
transformación del Parque Central (llamado también Kennedy) el cual fue
remodelado y recobró la prestancia que siempre tuvo.
La crisis socio-económica de los 80s y el ataque incesante del terrorismo convirtió a Miraflores en un distrito sitiado
y su movimiento terminaba con el inicio de los múltiples “toques de queda” que
se padecieron en esos años. Sin embargo Miraflores y todo el Perú sobrevivieron
a las desgracias y hoy luce moderno y pujante al son del boom constructor, que sin
embargo también tiene “sus contras” como la destrucción de casonas republicanas
y la construcción en esos terrenos de inmensos edificios, algunos de ellos sin
mayor atractivo.
El símbolo de Miraflores fue, es y será siempre el llamado “Ovalo de
Miraflores”, lugar donde confluyen 5 avenidas principales: Arequipa, Ricardo
Palma, Pardo, Larco y Diagonal.
Algunos lugares emblemáticos ya no existen como el Chifa El Pacífico (hoy
un Mc Donalds), el Indianápolis y la
discoteca “La Miel”; el Cine El Pacífico sigue como parte de la cadena Cinerama
y dos íconos siguen vigentes (afortunadamente): La Tiendecita Blanca y el
Haití.
Justamente quería referirme a este café que ya ha cumplido 51 años de
existencia (fundado un 23 de febrero de 1962). ¿Cuál es el secreto de su
prolongada existencia?. Buen servicio, calidad de lo que ofrece, precios
razonables y una atmósfera donde uno se siente a gusto desde la primeras vez que entra. Hará poco este café inauguró
una nueva barra donde destaca sin lugar a dudas su Pisco Sour. Además
destacamos su excelente café, sus generosos sándwiches y su incomparable “lomo
saltado”.
Mucha gente sigue lo “moderno” (leáse Starbucks o Mc Donalds) pero no
siempre ello implica “ser mejores”. El Haití no es solo un lugar para tomar
café o comer, sino sobre todo es un punto de reunión. ¿Cuántas personas han
cerrado un negocio o acuerdo de diversos tipos en sus mesas?. Ni qué decir de
sus mesas ubicadas en la parte de afuera, en donde tomar algo y conversar o ver pasar la gente se convierte en sí mismo en
un motivo.
En diversidad de ocasiones hemos aplaudido la transformación de Lima, su
modernización; pero no podemos dejar de decir que esto debe ir de la mano con
la protección de su patrimonio cultural, de su historia y de sus íconos. Una
ciudad no es solo “ladrillo y cemento”, sino que sobrevive gracias a su
historia y a sus instituciones.
Hoy en día Miraflores tiene innumerables lugares de diversión y gastronómicos.
Ello es parte de una oferta que creció a la par del crecimiento económico. Los de siempre como el restaurante “Astrid & Gastón”, “La Tranquera”, “El
Rincón Gaucho”, “Pescados Capitales” y otros florecen y a la par surgen otros
como los ubicados en la Avenida La Mar, en Larco Mar y en los alrededores de
las avenidas Larco, Diagonal y Pardo. Ojalá que la llamada “Calle de las Pizzas
recobre de una vez por todas la prestancia inicial y deje ser un lugar donde
los “jaladores” intentan hacerte entrar a un local a toda costa.
Recordemos nomás siempre el ejemplo de aquellos que han logrado triunfar y
se mantienen gracias a la dedicación y trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario