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jueves, 16 de septiembre de 2010

Camino por el fascinante y milenario sur Peruano



CAMINO AL SUR (parte 1)
A fines de julio empezamos una larga ruta por el sur del Perú. Salimos de Miraflores y enrumbamos por la Panamericana Sur, pista muy bien conservada. Llegamos a San Vicente de Cañete y luego tomamos el camino a Imperial para continuar por la carretera que nos lleva a Lunahuaná. Es una lástima que aún el desorden se mantenga tanto en la entrada de San Vicente como en Imperial y el mal estado de conservación de la carretera que nos lleva a Lunahuaná, máxime que se cobra peaje para transitar por ella. En este cálido valle, realizamos el apasionante descenso por el río Cañete en compañía de Carlos Candela gran conocedor y guía de este fascinante deporte.

Aparte del programa de canotaje visitamos la bodega de González del Valle – siempre atento ofreciendo sus pisco de excelente calidad- y almorzamos en un hotel de la zona cuyo nombre no mencionaré pero cuyo servicio dejó algo que desear pues demoraron mucho y los precios no guardaban relación con la calidad ofrecida. En general en Lunahuaná, los servicios de alojamiento y de alimentación son muy caros para las comodidades que ofrecen. En términos relativos cobran casi como si fueran hoteles 4 estrellas y los acabados de los hoteles no son de los mejores.

A media tarde nos trasladamos a Chincha ya que los hoteles de Paracas nos exigieron pagar por todos los días de las fiestas patrias aunque nos alojáramos solo 1 noche (un abuso¡¡). Desgraciadamente la ciudad, un desastre.. dónde ha estado estos 4 años su alcalde –que se lanza a la reelección - ?. El desorden campea por doquier y su oferta hotelera es pobre en la misma ciudad. El hotel donde nos alojamos, no guardaba relación con lo que mostraba su página web. Es más dejamos por escrito una serie de recomendaciones y aún no recibimos respuesta de la gerencia del hotel.
En la noche del 27 de julio fuimos a El Carmen, en la idea que habría algo especial por ser el día previo al aniversario de la Independencia. Supusimos mal. NO había nada¡¡ Un grupo de niños se acercó a la plaza para bailar, diría yo más para salir del paso pero si prestos a que se le dé algo por ello.
Al día siguiente fuimos a Paracas y visitamos las siempre bellas Islas Ballestas y luego la Reserva de Paracas, donde vimos con pena como el terremoto del 2007 había destruido la Catedral. En términos generales constatamos que Paracas se está levantando después de la destrucción del 2007 pero el embarcadero - a pesas de las mejoras - aún sigue siendo un sitio sin orden ni comodidades propias de un lugar que recibe tantos turistas.
En Lagunilla (Reserva de Paracas) hay un lugar para mencionar, el restaurante “EL CHE” – teléfono 056-542237 - , comida muy buena¡¡¡
Luego continuamos el viaje a la laguna de Huacachina. Realmente está muy bien cuidada y con una amplia oferta de restaurantes y algo especial, la biblioteca privada Abraham Valdelomar (ubicada en una hermosa casona) que NO COBRA pero que cumple una importantísima labor de difusión de la cultural. Debemos destacar la obra de su fundador el escritor y filósofo Alberto Benavides que pone al alcance de los amantes de la lectura, toda su colección que abarca las 10 mil obras.
Sin embargo algo que rompe con el paisaje es la presencia de carros tubulares que ocasionan ruido y molestias. Este servicio debería darse pues es un atractivo más para los viajeros pero en un lugar más distante.
Ica además ofrece otros atractivos como los santuarios del Señor de Luren y la Beatita de Humay así como un atractivo circuito para visitar bodegas de vinos y pisco.
Luego de visitar Ica nos dirigimos finalmente a Nasca, lugar de las emblemáticas y maravillosas Líneas de Nasca. Lamento decirlo pero es una pena que un lugar con tanta magia y majestuosidad no pueda acogernos en una ciudad más ordenada y limpia. Como es época electoral, no se les ha ocurrido mejor idea que levantar el asfalto de todo el centro de la ciudad e iniciar un mejoramiento de pistas y veredas que no tiene cuando acabar. Además el puente que une el centro con la otra parte de la ciudad cruza un lecho de río seco lleno de basura que inunda el aire de un olor nauseabundo. Qué autoridades tiene esta ciudad? Dónde están? No transitan por esta parte de la ciudad?. Nos alojamos en un encantador hotel, Don Agucho, pero que como en la gran mayoría de hoteles en el Perú, la amabilidad y buen trato no es algo que los distinga.

Sobrevolamos las líneas con Aero Palcazu, quien nos brindó un buen servicio. Ojo señores que la situación ha mejorado en este aspecto y no es lo peligroso que nos pintan algunos comunicadores sociales…en los próximos días seguiremos con esta crónica de viaje que continua por Arequipa, Puno, Cusco, La Reserva de Manu…pasando por el norte Chico y Trujillo hasta llegar a las imponentes montañas de Ancash.
Desde este lado de la mágica bruma,
Sus amigas y amigos de
ECOAVENTURA VIDA

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