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martes, 18 de abril de 2017

Crónica de dos fascinantes días en la Isla de Amantani, Lago Titicaca – Puno


Los viajes serán siempre los mejores libros para conocer en vivo nuevas costumbres, culturas, personas, fascinantes paisajes, así como la posibilidad de conocernos mejor a nosotros mismos. Salir de nuestra zona de confort, de la rutina, del taladrante ruido y polución de las mega ciudades como Lima, ya es un maravilloso regalo para los sentidos, el espíritu y nuestro organismo.
En marzo, hice un alto a las urgencias, así como a las actividades del quehacer diario que nos impone la vida moderna y realicé una de las experiencias de viaje más esperadas y espectaculares de estos últimos años. Después de poner lo necesario en mi mochila -  la rojita - , gran compañera de viajes y aventuras  y con capacidad para 40 litros, emprendí otra nueva aventura, esta vez rumbo a una de las islas más acogedoras, coloridas y grandes del inmenso lago mar del Ticaca, cuyas ondulantes aguas ya esperaban por mi. Qué emoción volver a ver este infinito lago que me cautivo desde la primera vez que lo conocí.
Hay varías caminos para llegar a Puno y a su bello lago, esta vez elegí la ruta: Lima – Arequipa – Puno – Amantani. De hecho una de las mejores para llegar a estas poblaciones altiplánicas.
A continuación un recuento de lo que acaeció en esos días.
Día 1. Salida de Lima en el primer vuelo hacía Arequipa. El vuelo duró 1 hora 10 ‘ aproximadamente. Es recomendable tomar el primer vuelo pues esto permite realizar un city tour en la ciudad de Arequipa.
Día 2. Rumbo a Puno en bus de turismo. Recomendable esta opción, porque nos permitió conocer tres interesantes lugares de la ruta Arequipa – Puno. El Mirador de Flamencos y la encantadora laguna Lagunillas, valen la pena para elegir esta opción. El viaje duró un aproximado de 6 horas, disfrutando de la enigmática belleza de la Reserva de Aguada Blanca y así como admirar importantes rebaños de llamas, alpacas y ariscas vicuñas.
Día 3. Travesía por el lago Titicaca rumbo a la isla elegida. Después de un energético desayuno y bienvenida del lago, partimos hacia nuestro destino final de este viaje, la isla de Amantani. Previa parada en la Isla flotante de los Uros y conocer de cerca el mundo aimara y su singular población que depende fundamentalmente de la totora (planta típica del lago)  continuamos la travesía por este inmenso lago hasta llegar a la isla. El viaje  duró 3 horas de fascinante disfrute, en cómodas y seguras embarcaciones.

Me emocionó la recepción de los pobladores de  Villa Orinojón una de las 10 comunidades de la isla de Amantani. En ese entrañable puerto abierto a la vida, a la diversidad de costumbres e idiomas, esperamos con ansias la designación de nuestros anfitriones para estos dos días en Amantani. No esperé mucho para saber que Magdalena (una simpática joven con cierta discapacidad, pero de corazón y mente abierta) sería mi anfitriona. En menos de 30’ los 20 viajeros (9 alemanes, dos inglesas, dos españolas, 2 brasileros, 2 coreanas 1 holandés, 1 méxicano y 1 peruana – osea yo ) que compartimos esta historia, estuvimos a lado de nuestros anfitriones listos para disfrutar de las ventajas y beneficios del turismo vivencial y emprender una caminata cuesta arriba, hasta llegar a nuestras coloridas casitas cerca al cielo y con imponentes vistas al lago. 

Nuestra casita temporal, parecía salida de los cuentos, llena de flores, hierbas aromáticas, con balcones con vista al lago, con anfitriones además de simpáticos, amistosos y pendientes de que disfrutemos la estadía. Nuestra habitación fue básica, pero limpia. Un energético almuerzo preparado por Magdalena nos puso “super power” para nuestra estadía en la isla.
3 P.M Reunión en la plaza principal con todo el grupo de viajeros, para compartir otra singular caminata hacia la parte más alta de la isla, El centro arqueológico y sagrado de Pachapata. Una caminata de exigencia intermedia, pero que es compensada por las alucinantes vistas del lago y un paisaje que sorprende y encandila a cada paso. Desde la cima, el panorama es realmente subyugante, una mezcla de ritual  personal y ese ohhhh que maravilla!!!  De regreso al pueblo, un compartir cosmopolita en el bar de la comunidad. Un calientito al estilo Amantani, nos devuelve el aliento y brindamos por ser parte de ese maravilloso momento y entorno natural. No queda duda que solo los viajes, nos permiten vivir a mil por hora.
De regreso a casa  y previa larga conversa con Magdalena, que nos contó la historia de Villa Orinojón, disfrutamos de una deliciosa cena vegetariana. Sobre las 8 p.m nos alistamos para participar en la fiesta de bienvenida, en el salón comunal. Indispensable la asistencia es con ropa típica del lugar, pero no hay problema, nuestra anfitriona tenía listo nuestro traje.  Muy bello por cierto.
¿Imaginan una fiesta con músicos en vivo, sobre un poco menos  4 mil msnm, con luna llena reflejada en un lago infinito? Es imposible contar esa maravillosa sensación, la única forma de sentirlo es vivirlo.
Día 4. Despertar  viendo el lago, con una temperatura de 8 grados y un cielo de azul intenso, fue la fresa en el pastel. Un singular desayuno con panqueques (que tanto me recuerdan a mamá), esta vez de quinua y queso ahumado nos devuelve a la realidad.  Caminata para sus callecitas empedradas, todas con la mirada al lago , que permiten tomar cientos de fotos – genial las fotos digitales -  podemos captar muchas y no perder ningún detalle de esta isla, del paso de sus gente, de sus flores de colores intensos, de sus sembrios de papa, quinua, oca, habas y demás frutos tan milenarios como esta isla.

Mientras espero la embarcación que nos llevará a otra Isla y a vivir otra historia, remojo mis pies en estas gélidas aguas y  voy grabando cada singular escenario de Villa Orinojón. una población que vive en armonía con el lago, con sus montañas (sus apus) con sus vecinos y consigo mismos. Lección aprendida y puesta en la mochila de mi corazón y mente.  

Si llegaste hasta este punto, significa que eres un viajero que busca emociones únicas, intensas y seguras. Te sugerimos ponerte en contacto con ecoreservas@ecoaventuravida.com  para diseñar tu próximo destino a mágicos y fascinantes lugares como la Isla de Amantani. Nos vemos en la próxima “Crónicas de Viajes”.

martes, 4 de abril de 2017

Amantaní y el lago Titicaca, un regalo para los sentidos y el espíritu

Si tuviera la oportunidad de pintar, sin duda pintaría cada uno de mis viajes. Los cuadros tendrían maravillosos colores, formas, matices, texturas, algunas sombras que dejan entrever la magia y mucha luz que encienden y envuelven. Es que cada lugar visitado es una fascinante experiencia que se queda impregnado en la mente y en el corazón. No queda duda que viajar es la mejor forma de vivir cada minuto, cada instante con más intensidad y pasión.

Mientras escribo este artículo, aún siento la suave brisa del lago navegable más alto del mundo y uno de los más bellos que he visto en este planeta – he visto y disfrutado de muchos –, me refiero al Titicaca, lago que  comparten dos países hermanos. El Perú posee el 60 % y Bolivia el 40 % . A diferencia de muchos lagos, éste es poseedor de singulares islas vivas en sus 176 kms de largo, 70 de ancho, 283 metros de profundidad  y 3,812 msnm. Justamente hace lunas deseaba conocer una de sus islas Amantaní (una de la islas más grandes del lago) ubicada en el mismo corazón de este inmenso y sereno lago mar.

Han pasado varios días de haber dejado esa entrañable isla en la parte alta del Titicaca, pero  todos mis sentidos aún están encandilados con la subyugante belleza de Amantaní, desde donde se puede observar los espectaculares matices del lago y escenarios de vida simple, intensa y sabia de sus habitantes que nos acogieron con alegría y orgullo de ser poseedores de una maravilla natural que nos quita el aliento y al mismo tiempo ser creadores de milenarias culturas. De hecho este lugar sería uno de mis cuadros favoritos.
No queda duda que viajar no sólo significa conocer  fascinantes lugares,  disfrutar de espectaculares experiencias, comidas y demás actividades. Viajar también significa buscar y ser parte de otras culturas, compartir con la gente de cada lugar, saber qué piensa, qué quiere, qué siente, qué busca.  Me apasiona y motiva ver en directo, cómo los seres humanos han sido capaces de desarrollar distintas formas de vivir, de pensar, de comunicarse, de amar, de aprender, de crear e imponerse a sus limitantes y construir culturas tan fuertes y resistentes como las rocas donde se levantan sus pueblos.  Amantaní, al igual que Taquile, las islas de los Uros, las islas de la península de Anapia, entre otras, son Islas llenas de vida, de sueños, de ancestrales costumbres, pero de gente que está dispuesta a diversificarse y de recrearse cada día.

Parte de esta diversificación es el pujante desarrollo del turismo vivencial en las diversas islas del lago, todas tienen un encanto especial para ofrecer al viajero que busca intensas y singulares experiencias. Viajeros que buscan desconectarse por unos días del mundo online, de la modernidad, del taladrante ruido de la polución y el estrés y que desean conectarse con ellos mismos. De todas estas isla, por ahora  me quedo  con mi inolvidable experiencia en el Islas de Amantani y Taquile.

Islas llenas de magia, de encanto natural, de casitas de cuentos, caminos que llegan al cielo,  adornados con flores de mil colores, entre ellas mi flor preferida las dalias, de cultivos ancestrales como la papa, la quinua, la oca,  de gente   amigable,  sencilla, dispuestas a dar lo mejor. Compartir con ellos, su casa, su deliciosa comida, su historia, el respeto a su entorno, la conexión especial con su inmenso lago, su música y baile a la luz de la luna, fue una de las vivencias más intensas que pude regalarme, experiencia que deseo puedan tener por lo menos una vez cada 2 años. No es un gasto es una acertada inversión.

¿Pero cómo llegar a estas fascinantes Islas y ser parte de estas inolvidables y singulares experiencias?

Nada complicado. El itinerario de viaje es el siguiente: primero se llega a la ciudad de Puno, puede ser vía aérea (vía la ciudad de Juliaca) o por vía terrestre. La más recomendable es por tierra desde la ciudad de Arequipa. En la ciudad altiplánica de Puno, se puede visitar las chulpas preincas de Sillustani, realizar un city tour peatonal hasta llegar al cerrito de Huajsapata, desde donde se observa toda la ciudad a orillas del imponente lago. Puno es una acogedora ciudad a 3810 msnm, tiene todas las comodidades y servicios de una ciudad moderna y pujante.  Del puerto de Puno se parte a las diversas Islas, en embarcaciones seguras y cómodas. La duración del viaje, es de acuerdo a la isla elegida, por ejemplo a Amantani (cultura quechua)  se llega en  tres horas de amena travesía por las ondulantes aguas del lago y a la isla de los Uros (de la cultura Aimara) se llega en 40 minutos.
No cabe duda que cada viaje es una nueva historia, una nueva forma de ver el mundo, la vida. No importa si es la primera vez o segunda vez que se visite el lugar, siempre habrá algo diferente, especial y único que nos sorprenda y atrapa. Está crónica no termina aquí, ya estoy escribiendo  la segunda parte, con detalles, consejos, tips de viajes  y anécdotas de mis inolvidables días en estas dos encantadoras islas. No se la pueden perder.

Si llegaste hasta este parte de la historia, es posible que desees realizar un viaje similar a este, pero por diversas razones necesitas una ayuda, una asesoría. Bingo!! Ecoaventura Vida, tiene la experiencia, los contactos y las ganas de organizar esta inolvidable experiencia para ti. Para ello solo tienes que escribirnos a: ecoreservas@ecoaventuravida.com y de inmediato nos ponemos en acción y a vivir directamente esta maravillosa experiencia. Lo mereces, ¿verdad?