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domingo, 2 de septiembre de 2012

UN RECORRIDO POR PACHACAMAC: CASA HACIENDA LOS FICUS



Hará unos días visitamos la casa-hacienda  Los Ficus al sur de Lima, en Pachacamac, donde sus propietarios crían a los famosos “caballos de paso peruanos”. Una raza que sorprende a propios y extraños por sus habilidades genéticas que permiten a estos nobles animales hacer recorridos al son de la marinera peruana. Estos nobles equinos desde pequeños  “bailan” al son de la música guiados por expertos “chalanes”.
Estos caballos oriundos son descendientes de los caballos que llegaron con los españoles. Han sido declarados “Patrimonio Cultural de la Nación” y se distinguen por su estructura corporal (cuerpo compacto y musculoso), extremidades alargadas y fuertes, cabeza ancha y plana y ojos vivaces. El caballo de paso peruano es producto de más de 400 años, de cruces, selección y mejoramiento.
Para llegar a Los Ficus hay que ir hasta el desvío de acceso a Lurín (Panamericana Sur) y a partir de ahí seguir las instrucciones (la pista en algunos tramos no está bien cuidada) que proporcionan el personal administrativo de esta casa-hacienda cuyos propietarios son los mismos que los del afamado restaurant “La Rosa Naútica”.Extensas áreas verdes y muy bien cuidadas  espacios alojan a los caballos, destacándose varios ejemplares como “Director”, “Empresario” y otros. 
Una solícita anfitriona, Alexandra, nos condujo por las instalaciones de Los Ficus  y nos explicó todo sobre estos magníficos equinos y la visita tuvo su punto culminante en una exhibición de los caballos de paso peruanos. Finalmente un excelente menú criollo acompañado de ensaladas con diversas lechugas y hortalizas producidas orgánicamente en la propia hacienda fue el "broche de oro".
Para aquellos interesados en hacer una celebración en grande, Los Ficus cuenta con una extensa área para eventos, incluso una singular capilla así como servicios de catering.
Esta casa-hacienda abre sus puertas dos veces al día con shows a las 12.30 y 16.30 horas. Coordinar bien la hora del ingreso a fin de evitar contratiempos pues la seguridad es muy exigente, como es de entender. Los valiosos caballos cuestan “un ojo de la cara”.
Esta visita se puede “matizar” yendo primero a los Pantanos de Villa, reserva natural donde anidan las aves migratorias y algunas endémicas. Así mismo,  antes de ir a Los Ficus,  se puede visitar también el complejo arqueológico de Pachacamac, lugar donde se adoró al dios Ishma y al dios de los Incas, algo inédito para ella época donde los Incas prohibían otras deidades.
Agradecemos la hospitalidad del personal de Los Ficus y esperamos repetir la visita para “departir” con los cariñosos equinos junto con viajeros ávidos de compartir esta fascinante experiencia. 
Una muestra más de los singulares atractivos de esta mágica ciudad de Lima. Les recomendamos ir a Los Ficus¡¡

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