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miércoles, 25 de octubre de 2017

ENAMORANDONOS DE CUENCA


Se imaginan una ciudad limpia, ordenada, donde se respira cultura y el extranjero es bienvenido; en donde se puede caminar en paseos peatonales llenos de verdor al lado de cuatro ríos limpios  que cruzan esta ciudad; con una cultura gastronómica en alza y con casonas transformadas en hermosos hoteles boutiques o sedes de centros culturales y plazas donde uno puede sentarse a leer un libro y sentirse seguro? Se imagina un lugar donde se puede tomar agua del mismo grifo? Parece ser un sueño o un ideal a alcanzar; pero no es así estimados lectores. Esa ciudad existe y se llama Cuenca, Santa Ana de los Cuatro Ríos, la Atenas del Ecuador, que este 3 de noviembre celebra 197 años de Independencia.

Fuimos a Cuenca invitados por la Fundación Municipal Turismo para Cuenca que trabaja de la mano de la Alcaldía de la Ciudad a cargo del Ingeniero Marcelo Cabrera Palacios, que impecable gestión. Nuestra estadía fue de cuatro días en los cuales experimentamos un sinnúmero de sensaciones, todas ellas gratas y de enorme recordación y dignas de ser replicadas por todos aquellos que me leen.

Y para aquellos aún incrédulos, hago saber que en setiembre de este año, la World Travel Awards (WTA) otorgó el premio a Cuenca por ser “el Mejor Destino para Vacaciones Cortas de Sudamérica. 
Un dato adicional en los últimos tiempos más de diez mil pensionistas entre ellos la mitad provenientes de Estados Unidos escogieron como lugar para vivir a esta ciudad, lo que se explica – sin lugar a dudas- la calidad de vida que ofrece Cuenca.
¿Qué ha hecho que esto haya ocurrido? Tan simple para entender pero que requiere enorme constancia, capacidad de trabajo, pasión por lo que se hace y sobre todo personas dispuestas a “comprarse el pleito”. 
Esas personas existen y aparte del citado burgomaestre debemos citar a Tania Sarmiento, Directora de la Fundación; Cecilia Vicuña, Directora de Marketing de la Fundación; Felipe Cardoso, Asesor en Comunicación de la Fundación y nuestro hermano, el Guía Turístico Juan Muñoz con quienes compartimos inolvidables días y quienes nos hicieron sentir como en casa.
Cómo lo expresé en una entrevista en Radio Católica de Cuenca, donde fui invitado gentilmente, “todo esto, que la Gracia de Dios me está permitiendo vivir, se lo debemos a El y a un Proceso de Paz, que se basó en la sinceridad y confianza; condiciones imprescindibles para que sea duradera”. A pesar de que hubo sacrificios de ambas partes (“no hay merienda gratis ni se puede hacer tortillas sin romper huevos”), los resultados logrados confirman que el sacrificio valió la pena. Lo cierto que las generaciones actuales y futuras ya gozan y gozarán los frutos de la paz como en los pueblos de ambos lados de la frontera y la paz no permitirá que  la muerte segará vidas humanas en luchas fratricidas. Nosotros como viajeros lo experimentamos sintiéndonos plenamente bienvenidos cuando íbamos a restaurantes, en la calle cuando conversamos con ecuatorianos de todas las edades quienes siempre tuvieron una palabra de hermandad.
Por lo expresado no me queda duda en señalar a Cuenca como un destino del cual terminaremos, definitivamente, enamorados. Un lugar con “ángel”.

Nuestro viaje a Cuenca con visita a la ciudad de Guayaquil empezó en Lima y en un poco más de 90 minutos llegamos al aeropuerto de Guayaquil, ciudad donde estuvimos 3 días muy gentilmente atendidos por funcionarios del Distrito Metropolitano de Guayaquil, encabezada por un eficiente alcalde, Jaime Nebot Saadi.
Santiago de Guayaquil, fundada en 1537 por Francisco de  Orellana, es una ciudad para descubrir. A pesar no tener un Centro Histórico como el de Cuenca tiene como atractivo un atractivo Malecón adyacente y a lo largo del río Guayas con imponentes edificios como el del Municipio, el de la Universidad de Artes, la Torre Morisca, el hemiciclo La Rotonda, la Rueda, el Faro al que se accede subiendo 444 escalones y el Barrio de Las Peñas. Todo ello lo apreciamos caminando a lo largo del malecón y también navegando en una embarcación a lo largo del río Guayas.



Otro de los atractivos de Guayaquil es el Estero Salado, el Parque de la Iguana con la presencia de  innumerables de estos saurios, los afluentes del río Guayas (los ríos Daule y Babahoyo) y otros.
Guayaquil es una ciudad de corte popular con carácter, alegre y con mucho movimiento comercial. Su comida es reflejo de ello, lo mismo que debe ser conservado como tal y afortunadamente los esfuerzos están encaminados hacia ello a través de la revaloración de sus restaurantes populares llamados “las huecas”, al esfuerzo de centros académicos como la Escuela de los Cheffs ISAC (y su Director el afamado cheff Santiago Granda) y la Feria Gastronómica Raíces que en julio pasado organizó su primera edición.
Guayaquil también es una ciudad que ofrece cultura, diversión y muchas oportunidades para “vivir la vida”.
El cuarto día (17 de octubre) muy temprano (lo recomendable) continuamos el viaje por tierra rumbo a Cuenca acompañados de un magnífico guía, Juan Muñoz. Llegamos al kilómetro 26 desde donde se puede llegar a Huaquillas en 3 horas, a Riobamaba y a Cuenca, que era nuestro destino. Pasamos por la Reserva Ecológica de los  Manglares de Churute hasta llegar a Puerto Inca a orillas del río Cañar, donde desayunamos típica y fabulósamente en el Hotel Gran Puerto Inca, excelente alternativa para quienes no solo viajan desde Guayaquil sino desde el norte peruano, vía Aguas Verdes.

Luego de este reparador desayuno continuamos el viaje por la Vía Colectora Puerto Inca-Cuenca hasta nuestra próxima parada, el Parque Nacional de Cajas, un Humedad de Páramo en cuyas casi 30,000 has hay 765 cuerpos de agua y 230 lagunas quienes forman parte de un Sistema de Vulcanismo Viejo. Pasamos por Molleturo, zona de neblinas y antigua capital del reino de los Cañaris; luego pasamos por Tres Cruces, la Laguna Toreadora, el Jardín (Santuario) de la Virgen de Cajas donde Patricia Talbot, a fines de los 80s convocó a multitudinarias peregrinaciones tras la visión que tuvo de Nuestra Virgen María en 1988. En lo alto de esta zona hay una roca de apariencia innegable a una imagen de la Virgen.
Cerca a esta zona está Dos Chorreras donde hay muy buenos alojamientos, piscigranjas y lugares de rodeo y corridas de toros.
Tras este paso llegamos al propio Parque Nacional (donde solo está permitido el ingreso diario de 114 personas) y en donde realizamos una pequeña caminata alrededor de la laguna Llaviuca acompañados de un excelente anfitrión, el señor Juan González Harris un descendiente del Mariscal La Mar y un especialista de Relaciones Internacionales formado en Estados Unidos y residente en la zona, a quién saludamos desde estas líneas.
Cajas es un Bosque Montano Alto con una impresionante flora y es el highlight de esta ruta, antes de llegar a Cuenca.
Tras sortear alturas de 4,167 msnm en Tres Cruces y quedar maravillados con el verdor costero, zona de manglares y humedales, llegamos a la majestuosa Cuenca.

Nos esperarían tres intensos días donde recorreríamos sus calles y admiraríamos el intenso sentir religioso de una ciudad que tiene 52 iglesias, 17 de las cuales están situadas en su Centro Histórico, Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1999; sus casas coloniales y la ruta francesa; museos como el de Las Conceptas y el Museo Municipal de Arte Moderno; visitaríamos emprendimientos como el de la familia de Homero Ortega y sus afamados sombreros de Panamá hechos con paja toquilla (tejido declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad), Ecuagena, donde se investiga, propaga, conserva y comercializa cientos de variedades de orquídeas, la Casa Museo de la Makana de José Jiménez, artesano de la técnica ancestral de tejido IKAT, el tradicional  “El Pan de las Hermanas Villacis” y al maestro joyero artesano Milton Pullopaxi del Museo de la Joyería Cuencana; así como también propuestas de agricultura orgánica como “Cuadruco” de Gregorio Villacis. Tampoco debemos dejar de  mencionar a la Empresa de Telecomunicaciones, Agua y Saneamiento (ETAPA), empresa pública no solo de excelente servicio sino también rentable.

Cuenca cuenta con una amplia oferta hotelera de aproximadamente 220 hoteles, hosterías y hostales con una capacidad de más de 9,000 camas. Hoteles de todo precio y de muy buena calidad como la Mansión Alcazar, el San Juan (donde nos alojamos y nos trataron maravillosamente), EL Hotel Santa Lucía,  el Azul de la Plaza, entre otros.  Cuenca también cuenta con baños termales, los cuales han sido transformados en muy buenos spa como Piedra del Agua y sus extraordinarias instalaciones y la hostería Durán que cuenta con instalaciones de lujo.
Ni qué decir de sus restaurantes como El Mercado, El Tucuman, Dos Sucres, El Cristo del Consuelo, Tiestos, Lola y centros de diversión como el Jazz Society Café, el Mayu, Jodoco y Yaku Lounge por citar solo cuatro. Y por supuesto no podemos citar a La Warmi de Catalina Abad y Tatiana Rodríguez quienes nos dieron una clase de cocina vivencial de Ecuador. Una maravilla¡

Y si de diversión se trata, en Cuenca la aventura está al alcance de la mano en actividades como el trekking, cabalgatas, escalada en roca,canopy y otros. Para los amantes de los extremo¡

La Atenas del Ecuador cuenta con muy buena gastronomía, fusión de lo andino con lo europeo  tal como lo es su vida cultural, sus artesanías, sus costumbres, sus fiestas religiosas y tradiciones. Sin embargo no por esa fusión no se deja de preservar y sus costumbres ancestrales provenientes de culturas como la Cañaris.

Este artículo pretende ser una primera mirada de un viaje maravilloso y que seguirá siendo contado en una serie de artículos más sobre nuestra visita a estas dos ciudades.
Con cargo a de relatar con mayor detalle nuestras experiencias tanto en Cuenca como en Guayaquil, terminamos esta nota sin antes agradecer a todos los mencionados (personas, organizaciones e instituciones), donde nos atendieron increíblemente bien y nos hicieron sentir como en nuestra casa.

Cuenca está de aniversario el próximo 3 de noviembre y se prepara para celebrar y como no podía ser de otra manera lo hará trabajando cuyos frutos son el Festival de la Lira, VI certamen de Poesía Hispanoamericana (6-9 de noviembre del 2017), el VI Festival de Cine La Orquídea de Cuenca (24 de noviembre- 1 diciembre del 2017) y el Festival Gastronómico Internacional “Cuenca entre Sabores”) (3 y 4 de noviembre). Mención aparte es el hecho que hará unos días, la prestigiosa Universidad de Azuay celebró su aniversario número 50 formando profesionales de alto nivel.

Como toda ciudad, tanto Guayaquil y Cuenca tienen agendas pendientes. Cuenca requiere reformar su sistema de transporte y como parte de ella se apresta a reiniciar los trabajos de construcción de un Tranvía de transporte público de pasajeros y Guayaquil, mejorar el manejo de residuos sólidos y la remodelación de las zonas adyacentes a una de las principales avenidas, la 9 de octubre. En el caso de Guayaquil hay una obra ya en estudio que tendrá un gran impacto, vale decir la construcción de un Teleférico que unirá Santa Ana con el Malecón adyacente al río Guayas. No dudamos que ello se lleve con éxito pues sus dos alcaldes tienen una comprobada y eficiente gestión, algo reconocido por muchos ciudadanos de ambas ciudades con quienes tuve oportunidad de conversar en mi paso por sus calles.

Deseamos el mejor de los éxitos a las gestiones de las autoridades del Distrito Metropolitano de Guayaquil y la Municipalidad de Cuenca quienes se han empeñado en una alianza estratégica que permita desarrollar un Corredor Turístico que una tres importantes destinos turísticos del hermano país del Ecuador; las Islas Galápagos y las ciudades citadas.
Salud con  un Canelazo¡¡¡




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