Regresar al sur del Perú siempre representa momentos mágicos. El aire enrarecido, el cielo azul, nubes de cientos de formas y tamaños, exquisita comida, paisajes indescriptibles y tantas y tantas emociones.
Empezó en las Islas Ballestas, sus aves, lobos de mar y pingüinos de Humboldt; la reserva de Paracas pletórica de arena y mar; las misteriosas Líneas de Nasca y su sobrevuelo lleno de vértigo; la pujante Ciudad Blanca de Arequipa y su señorial Convento de Santa Catalina, los patios de la Iglesia de la Compañía, su incomparable comida; las mágicas alturas del Valle del Colca, su acogedor hotel y el sobrevuelo del cóndor, que no pasó esta vez; el camino a Puno y al llegar, la inmensidad del Lago y la cordialidad de su gente en Llachón (Península de Capachica); los momentos inolvidables en Aramu Muru, sus piedras con cientos de formas y la ceremonia del Pago de la Tierra; la ruta a La Paz visitando Tiahuanaco, las playas de Copacabana y la hermosa La Paz; al regreso, el Templo de la Fertilidad en Chucuito y como “cereza del pastel”: Cusco, la eterna “Ombligo del Mundo”, sus paisajes, sus calles con muros incas, el bar del Hotel Monasterio y como “final de fiesta”: la noche al pie de un rugiente río y al día siguiente, Machu Picchu, grandiosa Maravilla de la Humanidad.
Todo viaje tienes sus encantos y sus desencantos: es como la vida. Atender a personas no es fácil. Cada ser humano es un mundo de intereses, necesidades y particularidades. Desde la serenidad; la simpatía, la buenhombría; la generosidad, las sorprendente mezclas culturales, los caracteres emotivos, la parquedad pero cordial, la sorprende vitalidad para las caminatas, el siempre deseo de saber sobre las cosas nuevas que se veía, las charlas sobre artes marciales, política o de las cosas simples de la vida, las copas de vino compartidas y los abrazos de la despedida llenos de calor y emoción.
¡Recibimos viajeros, despedimos amigos¡ A cada uno de los 20 participantes, incluso a quien nos hizo un poco difícil el viaje, van estos recuerdos, nuestro cariño, aprecio y mejores deseos. Ojalá que la vida haga que nuestros pasos se encuentren de nuevo.
Empezó en las Islas Ballestas, sus aves, lobos de mar y pingüinos de Humboldt; la reserva de Paracas pletórica de arena y mar; las misteriosas Líneas de Nasca y su sobrevuelo lleno de vértigo; la pujante Ciudad Blanca de Arequipa y su señorial Convento de Santa Catalina, los patios de la Iglesia de la Compañía, su incomparable comida; las mágicas alturas del Valle del Colca, su acogedor hotel y el sobrevuelo del cóndor, que no pasó esta vez; el camino a Puno y al llegar, la inmensidad del Lago y la cordialidad de su gente en Llachón (Península de Capachica); los momentos inolvidables en Aramu Muru, sus piedras con cientos de formas y la ceremonia del Pago de la Tierra; la ruta a La Paz visitando Tiahuanaco, las playas de Copacabana y la hermosa La Paz; al regreso, el Templo de la Fertilidad en Chucuito y como “cereza del pastel”: Cusco, la eterna “Ombligo del Mundo”, sus paisajes, sus calles con muros incas, el bar del Hotel Monasterio y como “final de fiesta”: la noche al pie de un rugiente río y al día siguiente, Machu Picchu, grandiosa Maravilla de la Humanidad.
Todo viaje tienes sus encantos y sus desencantos: es como la vida. Atender a personas no es fácil. Cada ser humano es un mundo de intereses, necesidades y particularidades. Desde la serenidad; la simpatía, la buenhombría; la generosidad, las sorprendente mezclas culturales, los caracteres emotivos, la parquedad pero cordial, la sorprende vitalidad para las caminatas, el siempre deseo de saber sobre las cosas nuevas que se veía, las charlas sobre artes marciales, política o de las cosas simples de la vida, las copas de vino compartidas y los abrazos de la despedida llenos de calor y emoción.
¡Recibimos viajeros, despedimos amigos¡ A cada uno de los 20 participantes, incluso a quien nos hizo un poco difícil el viaje, van estos recuerdos, nuestro cariño, aprecio y mejores deseos. Ojalá que la vida haga que nuestros pasos se encuentren de nuevo.
AVANTI BERSAGLIERI¡¡¡
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