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martes, 10 de abril de 2012

LA LIMA Y LIMEÑOS DE HOY¡

A raíz de una columna del antropólogo Raúl Castro, quien reseña ideas centrales de “Lima imaginada” de Javier Protzel, hemos estado pensando sobre qué nos distingue y qué nos une a los limeños.
Castro resalta la idea central del libro de Protzel, quien sostiene que “los limeños tenemos una incapacidad colectiva de percibirnos como un cuerpo o un todo, y que no tenemos, asimismo elementos simbólicos que nos identifiquen en torno a las identidades contemporáneas que hemos moldeado”. Sobre la base de una encuesta de el Grupo de Opinión de la Universidad de Lima concluye que lo que nos une a los limeños es finalmente la nostalgia, el pasado con raigambre colonial y lo que el denomina “el pasado presente”.
Sin embargo discrepamos en el sentido que ya no podemos hablar de “una Lima” ni un “limeño prototipo” y que si hay elementos no solo del pasado que nos unen muy a pesar de algunos.
Ya no es la época en que la Plaza de Armas congregaba a la sociedad o ésta caminaba con lo “mejor del baúl” yendo de compras por el Jirón de la Unión. Tampoco los sesentas existen ya en torno al Mercado Central ni la Lima que comenzó a crecer hacia sus afueras, que era una y y hoy son “varias” Lima.
Hoy en la Lima de sus grandes centros comerciales, del Metropolitano o de su Tren Eléctrico confluyen “nuevos limeños” que ya no buscan referentes en calles, casonas o plazas sino que crean estos referentes en su comida (la papa a la huancaína con el tallarín), en la música (la cumbia que se toca en Comas o en Asia), en sus aulas (una explosión de universidades se ha dado en los últimos años), en sus costumbres de compra, en sus multicines.
Una clase media renacida y fuerte asoma como un factor homogenizante. Los que hace poco llamaban ambulantes; anteayer informales; ayer, microempresas; hoy les llaman “emprededores”, que generan riqueza y empleo. Gamarra es el punto donde van desde el pobre hasta el aspirante a rico. Esto es lo que une a Lima.
Otro factor que ha unido a la ciudad es el boom inmobiliario. En los barrios medios, hoy se levantan cada vez más edificios como en las avenidas que cruzan los distritos “A” y el parque automotor, ayer con más de 15 años de antigüedad, hoy se renueva con mayor velocidad.
Lo que une hoy es la sensación de prosperidad y un mejor porvenir. Hace 20 años, millones querían irse y el panorama era sombrío. Hoy pese a lo mucho que nos falta por avanzar, nadie puede negar que estamos en la mejor etapa de la vida del Perú y que incluso no es importante cierta momentánea ausencia de "referentes comunes" pues éstos son creados y recreados a diario.

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