A 48 días de la elección de nuevas autoridades
ediles vemos un panorama desolador en cuanto a planteamientos de soluciones en
el marco de un plan de gobierno realizable.
Las diferentes ciudades del país y en especial
Lima tienen una problemática que se va acentuando con los años, qué duda cabe.
¿Qué tiene que hacer la ciudadanía para evitar que
los aventureros que desean llegar a los sillones municipales, logren su
cometido?. Ante todo, informarse sobre
los candidatos, ver qué proponen, quiénes conforman su equipo técnico?. Si no
hacemos esto, luego no nos lamentemos.
Lima no solo tiene problemas derivados de la
contaminación, del mal manejo de los recursos y de los espacios territoriales,
del caos del sistema de transporte; sino también de una carencia de ejecución gerencial. Todo ello agravado por el paso del tiempo que
hace que cada día se requieran más recursos para solucionar problemas de
décadas.
Planes hay y muchos, el último mandado hacer por
la actual gestión municipal de Lima Metropolitana; pero será suficiente o tendremos
que esperar que se vuelvan a reescribir?
Un paso importante, de los muchos que debieron
darse, fue a los inicios de la gestión 2011-2014 respecto a la puesta en valor y cuidado de los decenas de centros arqueológicos
ubicados en Lima, muchos de ellos con más de 3 mil años de antigüedad. Lima
se empezó a ver no como una ciudad de origen colonial sino como una ciudad milenaria cuyos inicios se
remontaban al comienzo de la civilización en el territorio que hoy es nuestro Perú.
El resultado de todos estos esfuerzos iniciales,
que lamentablemente se han pasmado; fue
la preocupación por financiar primero el cuidado de los restos ante la
arremetida de invasores de terrenos y luego su puesta en valor. Lo primero
tuvo altibajos pues incluso se atentó contra una huaca, Paraíso, que es la más
antigua de esta zona y el plan de puesta en valor tiene por resultados solo
unas cuantas huacas que hoy estén disponibles para ser visitadas, vale decir
las huacas de Pucllana, Huayllamarca,
Puruchuco, Mateo Salado, Pachacamac y algunas otras, parcialmente.
Y sobré qué tienen qué decir los candidatos? Hasta
ahora nada. La cultura y el cuidado de nuestra identidad poco importa, al
parecer. Y respecto a nuestra identidad, un esfuerzo que empezó en el 2011 aún
no es terminado. Nos referimos a la Marca
Ciudad que se anunció con “bombos y platillos” pero hasta ahora sin
resultados tangibles.
Las
fechas de inauguración de las obras, de puesta en marcha de proyectos y otros
como la mencionada vigencia de la “Marca Ciudad” no se cumplen. Se ponen “primeras
piedras” o se “celebra” la firma de contratos con los concesionarios pero
estamos muy lejos de ser no solo puntuales con el fin de las obras y menos aún
con el inicio de operaciones de las obras.
Esperemos
que este panorama cambie y la ciudadanía acierte esta vez eligiendo a sus autoridades
municipales 2015-2018.
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