El manejo de un destino turístico es tan o más importante que su
posicionamiento, que en la mayoría de las veces toma un tiempo importante. Tiene
que ver con mantener la calidad del servicio de los diversos actores, una cada
vez mejor infraestructura, vías de comunicación rápidas y seguras, acceso a las
comunicaciones, infraestructura hotelera de calidad, restaurantes certificados,
entre otros conceptos. Esto debe darse tanto en la temporada baja como en la
llamada “alta” como es el caso de la Semana Santa.
Viene al caso esta nota a raíz de un paseo que organizamos para Lunahuaná.
Salimos el día viernes temprano y el tránsito en la carretera estaba fluido
hasta San Vicente de Cañete. De ahí hasta la entrada a la carretera que une
Imperial con Lunahuaná, nada hacía presagiar lo que se venía.
A pesar de un peaje (de ida solamente) de 7.50 soles, la vía está en
regular estado de conservación hasta la zona del complejo arqueológico de
Incahuasi, donde por motivos burocráticos, el avance del asfaltado ha quedado
paralizado y más adelante las obras de agua y desague y el propio trabajo de
asfaltado provocan tales ”cuellos de botella” que ocasionan retrasos y el
consiguiente estrés. Esperemos que pronto se solucionen estos problemas pues de
otra forma los visitantes empezarán a dejar de ir a Lunahuaná, lugar que es un
paraíso del turismo de aventura al ofrecer variados programas (canotaje, canopy,cabalgatas, caminatas,
cuatrimotos y otros) y una excelente gastronomía, razones por las cuales
cientos de viajeros optan por este destino.
Las autoridades municipales, así mismo, deben organizar el tráfico en
Lunahuaná, habilitando áreas de parqueo y certificar los restaurantes sobre
todo los de precios módicos. No por baratos se debe descuidar la salubridad de
estos lugares.
Felizmente los operadores de aventura ofrecen un buen servicio como nuestro
amigo Carlos Candela, quien siempre está presto a brindar un servicio de
calidad, no solo por sus equipos sino por sus colaboradores, siempre atentos y
eficientes. Sí hay que decirlo que, como en todo lado se cuecen habas y esto
debido a que hay empresas que no cumplen con lo que ofrecen, pero
afortunadamente son las menos.
Lunahuaná por su cercanía con el balneario de Cerro Azul (unos 60 kms)
ofrece un circuito de aventura y mar, sin embargo Cerro Azul requiere mejorar
su infraestructura hotelera, servicios de restaurantes (a las 5 de la tarde
nadie ofrecía una taza de buen café) y sus accesos (el propio malecón no está
en las mejores condiciones). La playa y el mar sí están limpios y sus olas
invitan a los surfers que las quieran surcar.
Esperemos que las municipalidades de Cañete, las distritales de Cerro Azul
y Lunahuaná y el propio Gobierno Regional así como los empresarios privados
pongan las manos a la obra y superen los inconvenientes señalados y conviertan Lunahuaná-Cerro
Azul en un eje turístico alternativo en el sur de Lima.
ecoreservas@ecoaventuravida.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario