Seguridad ciudadana y protección a los turistas y ciudadanos

Con mucha preocupación vemos los constantes ataques que sufre la ciudadanía en manos de la delincuencia común; cada día más avezada, cada día más peligrosa.
Ya nos son solo los distritos populares donde las pandillas asolan los barrios sin control de ningún tipo. Ahora son cafés exclusivos, joyerías céntricas y robos de autos en cualquier parte de la ciudad. Es obvio que la seguridad ciudadana esta en riesgo.

La alcaldesa de Lima prometió en su campaña luchar a fondo contra este flagelo. Hoy en día sigue haciendo estudios y planes; sin embargo hasta el momento nada concreto.
La Policía Nacional no se da abasto para combatir el delito. Los legisladores no han propuesto las leyes que hagan más duras la penas y los jueces no actúan con celeridad y eficiencia en defensa de la sociedad.

Muchos piden mano dura como en los 80s, cuando se exigía que las autoridades enfrentaran al terrorismo; sin embargo el delito está más organizado que la sociedad. Asociaciones de “supuestos damnificados” en la lucha contra la delincuencia surgieron para frenar la labor policial en Trujillo y hasta incluso un jefe policial fue acusado de formar “un comando paramilitar”. Ejércitos de abogados están disponibles para defender a los delincuentes ; no a la ley y a la sociedad. Las autoridades no se comprometen en la lucha y lo máximo que hacen es poner cámaras que lo único que registran son los instantes de los robos.

La inseguridad, un sistema de justicia que no funciona y una policía inepta lo único que traerá será la destrucción de los cimientos de la sociedad y por cierto todo lo avanzado en estos 20 últimos años.
Es hora que nos levantemos contra esta lacra. Todos somos parte del problema; seamos todos parte de la solución del mismo.

Endurecer las penas, severidad para enfrentar las acciones antisociales de “falsos hinchas del fútbol”, desterrar de raíz las pandillas, organización de la sociedad por barrios y manzanas, dotar a la policía de mayor presupuesto y atribuciones y una educación en valores tanto en el hogar como en la escuela.
Que la indiferencia ni la inacción sean el pan de cada día. Es hora de actuar antes que sea tarde.

Todos debemos ser parte de este gran cambio, que nos permitirá vivir en una ciudad más viable, segura, limpia y amigable con los turistas. que nos visitan.

Desde este lado de la mágica bruma

Tus amigas y amigos de

ECOAVENTURA VIDA

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