Tras 8 días de las elecciones municipales escribimos estas líneas no para
comentar los resultados desde el punto de vista político sino evaluando cuál
deberá ser la agenda para los próximos 4 años, a partir del 1 de enero del
próximo año.
La ciudadanía exige honestidad y eficiencia. Lo primero deberá ser materia
de la supervisión de la gestión de las autoridades por parte de los organismos
de control como la Contraloría General de la República y del Ministerio Público
así como la intervención de la ciudadanía. En cuanto a lo segundo mucho contará
qué profesionales serán convocados para hacerse cargo de las diferentes
instancias e instituciones que conforman la Municipalidad Metropolitana y las
municipalidades distritales. No podemos darnos el lujo de que los problemas nos
sigan ahogando haciendo de Lima una ciudad caótica y sin futuro.
Es cierto que se requiere una reingenería en la organización de Lima,
compuesta por 42 municipalidades distritales y una Municipalidad Metropolitana;
quienes no coordinan adecuadamente y cada quién trabaja según su entender. Sin
embargo esto tomará su tiempo. Mientras tanto, urge que la Asamblea
Metropolitana funcione como ente coordinador de las autoridades electas. Por ejemplo,
los 6 alcaldes ribereños a la Costa Verde deberán tener participación plena en
la Autoridad Autónoma de la Costa Verde, así como los alcaldes de los distritos
contiguos a las 3 cuencas fluviales (Rímac, Chillón y Lurín). Así mismo el
propio Alcalde Metropolitano (en representación del Centro Histórico y Barrios
Altos) con el alcalde del Rímac deberán plantear una efectiva remodelación de
las casonas, balcones y otros que
representan nuestro pasado colonial y republicano. Otra tarea que deberá ser
llevada a cabo es seguir con el programa de puesta en valor de los más de 300
centros arqueológicos que se encuentran a lo largo de la ciudad.
Estamos a casi 5 años de la realización de los Juegos Panamericanos y aún
el Plan Maestro no está aprobado. Esto es imprescindible para realizar las
licitaciones del caso y los consiguientes inicios de obras de la
infraestructura necesaria para llevar a cabo estos juegos. A todo ello se deberá
impulsar las diferentes megaobras como el gran Centro de Convenciones de Lima,
la ampliación del aeropuerto Jorge Chávez, las diferentes obras de
infraestructura vial así como llevar a cabo el combate contra la delincuencia y
la consiguiente inseguridad.
Otra de las tareas que aún está pendiente es la concreción del diseño de la
“Marca Ciudad” que impulsará que Lima tenga una personalidad “propia”, no solo
de cara a tan importante evento deportivo sino con miras al Bicentenario de la
Independencia y a los 500 años de la fundación española de la ciudad.
La tarea, de los próximos 4 años, será ardua. A lo mencionado, habrá que
sumar la gestión ecológica de la ciudad (aumento de las áreas verdes, la
contaminación ambiental, manejo de residuos, manejo de suelos y de las cuencas,
entre otros). Además será conveniente reformular la política cultural
orientándola a un clima de libertad y respeto de los valores; así como el apoyo
en infraestructura para los miles de limeños que aún sienten el impacto de la
pobreza.
Esperamos que este periodo, 2015-2018, sea fructífero y que tengamos una
Lima más humana, más inclusiva y en donde sus habitantes encuentren motivo de
orgullo y confort.
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