Mucho se ha escrito sobre el boom de
la gastronomía en Lima y sus principales referentes que en buena parte son los
seguidores de las 3 vertientes encabezadas por Cucho de la Rosa, Israel Laura y
Gastón Acurio respectivamente; sin embargo aún no se ha escrito lo suficiente
sobre esos “personajes anónimos” que venden en una esquina de la ciudad o en
lugares de “culto” a los que se les llama “huariques”.
Son diversos los personajes que a lo largo de Lima ofrecen una serie de
productos que ya se han convertido en una oferta típica y que sacia el apetito
sobre todo de los sectores populares.
Están en cualquier esquina o plaza de la ciudad, en carritos, carretillas o
con una simple canasta. Al respecto un tema importante pasa por el apoyo de las
diversas municipalidades a esos emprendedores para mejorar la calidad
(sanitaria sobre todo) e higiene en el expendio de los productos ofrecidos.
Un personaje que es clásico es el emolientero que ahora ha ampliado su
oferta con desayunos en base a quinua, maca y variados sándwiches (de
tortillas, aceitunas, palta, queso y otros). Otros tradicionales son los
vendedores de jugo de naranja, toronja y de caña de azúcar. También asociados a
estos, están los que venden yogurt con miel y cereales en distritos tan
variados como el propio Centro Histórico (Jr. Camaná) o en la calle República
Dominicana en Jesús María. En el verano destacan los vendedores de las
tradicionales raspadillas y cremoladas y en toda época del año los vendedores
de jugos en diversos lugares como la cadena La Gran Fruta o las tradicionales juguerías del
Mercado de Magdalena (“Mi Juguito” en el puesto 850) o Jesús María. Debemos mencionar
también el cambio de costumbre en el consumo de helados que ahora se hace
durante todo el año (recomendamos los de la heladería “Palermo” en Jr.
Huiracocha 1237 en Jesús María o las cadenas 4D y Laritza en varios puntos de
la ciudad).
No menos tradicionales son los vendedores de “yuquitas” asociados en varias
organizaciones distritales o los carritos azules donde se venden “turrón”,
bombitas bañadas en miel de caña o el dulce de fideo horneado con miel así como
los tradicionales lugares – a lo largo de la ciudad - donde se preparan
Mazamorra Morada, Arroz con Leche, Champus y Arroz Zambito.
Otros tradicionales vendedores que ya
casi están desapareciendo son los que ofrecen “sanguito”, “melcochas”, maní
confitado, habas saladas, algodón dulce, manzanas acaramelas, entre otros.
En cuanto a comidas más contundentes, un plato tradicional es el ofrecido
por los cebicheros , de los cuales más de uno ha logrado saltar de la calle al
local propio como Ronald Abad (Ignacio Merino 2429, Lince), ganador de un
concurso llamado “Ceviche con Sentimiento”, auspiciado por Gastón Acurio.
Otros productos que ya han trascendido la calle son las chicharronerías
ubicadas en toda Lima y los afamados “turrones de Doña Pepa” destacando los
elaborados por las panaderías San Martín (en la Plaza San Martín) y la de los
Huérfanos (esquina de Puno con Azángaro en el Centro de Lima).
También debemos mencionar los afamados churros rellenos de manjar de Manolo
en plena avenida Larco en Miraflores o los expendidos en las cercanías de la
Plaza San Francisco. (Jr Junín y Jr. Lampa) y las clásicas de la gastronomía
“popular” como son las papas rellenas con mención especial a Doña Julia en el
puesto 294 del Mercado de Magdalena.
Un emprendimiento a destacar es el que llevó a cabo la señora Grimanesa y
sus anticuchos que ahora vende en un local (Ignacio Merino 466, Miraflores) después
de muchos años de haberlos vendido en una esquina de Miraflores. Otra señora,
Pascuala, busca también el sueño de dar el salto de la calle al local propio y
entre tanto aún ofrece excelentes anticuchos en una esquina del distrito de Surquillo
(Santa Rosa cuadra 8 al costado de la
Iglesia San Vicente de Paul).
No podíamos olvidarnos de los tamales, presentes en los desayunos
dominicales de muchas mesas limeñas. Destacamos los hechos por Magaly Silva en
la cuadra 5 de Jr Tarapacá en el Rímac o los tamales chinchanos que se expenden
en los supermercados Wong.
Finalmente mencionaremos bocadillos populares como la butifarra que hoy se
vende en un sin número de locales famosos como El Chinito (esquina de Chancay
con Zepita en el Centro Histórico); los céntricos Cordano, Queirolo, San Isabel
y Carbone; La Botica en San Isidro o el Queirolo de Pueblo Libre y los choclos
humeantes que se acompañan con sabrosas salsas de ají, puñados de habas cocidas
y rodajas de queso fresco. También los huevos de codorniz con su porción de ají
que se encuentran en las esquinas del Centro Histórico y los generosos panes
con sangrecita que se venden en el café OKI de la cuadra 1 del Jr Bolognesi de
Magdalena.
No debemos dejar de señalar platos típicos que nacieron en locales
concurridos por tirios y troyanos, como las pollerías (destacamos el Pardos Chicken) y sus pollos “ a la
brasa”; los típicos chifas (imperdibles el Titi de Còrpac, el Wa Lok del barrio chino y el Choy Tac de la 38 de Benavides en Higuereta) presentes en toda la ciudad; las salchipapas (primero
en el antiguo Tivoli de la Plaza Bolognesi –hoy ya no existe- y destacando hoy
en día las del Tip Top de la avenida Arenales en Lince); las hamburguesas populares en muchas esquinas de
la ciudad o las de “mayor estirpe” como las de las miraflolinas La Lucha y La
República, ambas en la avenida Diagonal y las sopas de cabeza, de carnero con
mote (Soperito, Julián Arce 475, altura de la cuadra 4 de Av.Canadá); el caldo
de gallina y el sancochado (El Palacio del Sancochado en la Av 28 de Julio 990
o un menos famoso pero igual de bueno como el local ubicado en la esquina de
Rosa Toledo y Sucre en Pueblo Libre).
Un mundo de sabor que
bulle en una ciudad de múltiples colores¡¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario