Celebramos el “Día Mundial del Turismo” en un escenario aún alentador (desde 1980 y en esta fecha pues un 27 de setiembre de 1970 se adoptaron los estatutos de la Organización Mundial de Turismo). A pesar de la crisis que vive el mundo, el turismo es el único sector económico que crece en promedio 5.6% anual y representa el 12.5 % de la economía mundial, con 950 millones de viajeros en el mundo y ventas aproximadas de 1,500 billones de dólares.
Al Perú llegan anualmente 3 millones de viajeros, de los cuales una parte significativa viene por las fronteras tanto de Ecuador, Bolivia y Chile. El principal mercado emisor es América del Sur (60%) seguido de América del Norte (18%) y Europa (16 %. En el último año se ha crecido un 6.5% en turismo receptivo, que ha aportado US$ 2741 millones; en tanto el turismo interno ha generado US$ 1,800 millones y un flujo de 8 millones viajeros.
A nadie le queda duda que el turismo es una actividad integradora, inclusiva y generadora de divisas y puestos de trabajo. El turismo genera en el Perú 880 mil puestos de trabajo directos y 1.2 millones de puestos indirectos. No hay actividad que beneficie a tanta gente a la vez: transportistas, trabajadores hoteleros, de restaurantes y de centros de diversión, artesanos, trabajadores y operadores de turismo, etc. Así mismo cabe resaltar que un gran número de peruanos, en los rincones más lejanos, también se benefician del turismo; por ejemplo está en vías de consolidarse una modalidad del turismo como es el “vivencial” y el sector artesanal que está íntimamente ligado a la actividad turística. Cabe señalar el programa piloto que permitirá que comunidades rurales cercanas a hoteles y restaurantes sean parte de la cadena de abastecedores de estos.
¿Qué afecta el desarrollo del sector?. A no dudar la inseguridad, el déficit de infraestructura vial y sobre todo conectividad aérea ( por ejemplo en rutas altamente comerciales como Lima-Nasca, Nasca-Cusco, Nasca-Arequipa) y a la falta de uniformidad en la calidad del servicio que CANATUR identifica como “informalidad”, cuando ese no es solo el problema y sobre todo una política clara que fomente el turismo vía la reglamentación de la Ley de Exportación de Servicios que implique la exoneración del IGV a los paquetes que se venden en el exterior, bajo cualquier modalidad.
En el Perú lo que más sobran son planes y lo que más falta es ejecución eficiente. Es cierto que los agentes del sector deben participar en la elaboración de los lineamientos, políticas y normatividad pero para ello no es necesaria la creación de un ministerio del ramo y por ende más burocracia. Ya se creó el Ministerio de Cultura, a sus funciones se podrían sumar las relativas al turismo y las labores de promoción de PromPerú.
Es necesario que el Estado siga cumpliendo con el rol promotor de la inversión privada. Los frutos ya se están dando; importantes cadenas hoteleras han invertido en los últimos años, empresas aéreas han vuelto a tener vuelos directos al Perú como Air France y otras ya están próximas a ingresar al mercado como Korean Airlines. Un ejemplo de lo bien que funcionan las concesiones es la ruta Vial Norte. La inversión en infraestructura pasa por el fomento de la inversión privada en alianza con el Estado.
El Estado debe cumplir un rol promotor difundiendo los atractivos turísticos en las principales ferias especializadas del mundo. Un buen paso en lo que es la labor de promoción es la “Marca País”. Cabe anotar aquí que pequeños errores pueden traer abajo enormes esfuerzos: citaré el caso del Complejo de Caral; un gran trabajo en la puesta en valor de la “ciudad más antigua de América” pero que no cuenta con una debida señalización para llegar. Algo que no debería pasar¡
El Perú es un país con enorme potencial; con una enorme biodiversidad, 84 de los 104 pisos ecológicos y 28 de los 36 climas en el mundo así como un gran acervo cultural; a todo ello se le suma otro gran atractivo como la gastronomía y el gran trabajo de la APEGA en la difusión de ésta. Esperemos que los 3 millones de viajeros del exterior crezca y en el 2021 lleguemos a los 10 millones de viajeros y 35 mil millones de ingresos. Otros países con menos recursos que el nuestro nos llevan una enorme ventaja.
El Estado y no solo él, tiene la obligación de velar por un desarrollo sostenible del sector. Un ejemplo claro de ello es la imperiosa necesidad de definir la carga máxima que debe afrontar nuestro ícono Machu Picchu así como proteger una buena parte de nuestros atractivos afectados por la contaminación y la acción depredadora del hombre como en la Amazonía.
Terminamos esta nota saludando a la Cámara Nacional de Turismo (CANATUR) por su cuadragésimo aniversario, deseándoles nuestros mejores parabienes y que su trabajo sea en beneficio de todos los que trabajamos directa o indirectamente en el sector.
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