El pasado sábado volvimos a
recorrer con unos canadienses las calles del Centro Histórico. Pocos cambios
para bien y ello como producto de cierta inacción y poco interés en invertir o
fomentar la inversión privada desde la Municipalidad de Lima Metropolitana.
Fuimos muy temprano y pudimos
pasear por el Jirón de la Unión aún con pocos transeúntes. Constatamos con
mucha pena como una casona en la llamada calle Boza estaba casi destruida por
dos incendios, sin que nadie intente restaurarla. Al frente, en el 847 ni un
letrero que señale que ahí existió alguna vez el célebre bar Morris y ni qué
decir de la legendaria Galería Boza, hoy sumida en un abandono imperdonable.
Hoy, 2 de mayo, en el diario El Comercio se publica una nota sobre
el estado de abandono en que se encuentra la Casa Courret del afamado fotógrafo
Eugenio Courret. Este célebre lugar donde se guardó gran parte de la historia en
fotografías de Lima de mediados del siglo XIX y comienzos del XX hoy se
encuentra en alquiler. Coincidimos con el autor de la nota para que en esta
ocasión esta casona no sea sede de un local de comida rápida o una tienda de
departamentos como lo son las antiguas Casa Welch y el célebre Palais Concert y
sea más bien un Centro Cultural como lo son las casonas que ocupan los centros
culturales de la Universidad Católica (Casa O Higgins) y el del Ministerio de
Relaciones Exteriores, el Inca Garcilaso (Casona Aspíllaga).
Otros ejemplos de conservación
que deben ser imitados son las Casonas Goyoneche (Banco de Crédito) y Aliaga
(familia Aliaga). La primera solo sirve para eventos privados y la segunda
puede ser visitada previo pago de treinta soles, lo que permite recorrer una
muestra de lo que fue una construcción de las más antiguas construcciones del
Centro Histórico.
En nuestro recorrido pudimos
constatar que la empresa Arte Express sigue apostando por el Centro Histórico,
con unas de cal y otras de arena. Avances en la casona que perteneció a la Cía
de Seguros Popular y Porvenir (Zepita y Colmena) y escasos avances en la Casa
Coca (Jr Carabaya), donde se preveía construir un hotel 5 estrellas.
A la par de su poco interés por
promover la inversión privada para restaurar casonas y edificios de la Lima
Monumental, la Municipalidad Metropolitana realizó una serie de cierres
temporales de restaurantes, conocidos y poco conocidos, a fin de mejoraran sus
instalaciones y sus normas de sanidad en el manejo de los ingredientes y
procesamiento de los mismos. Ingratas sorpresas dieron lugar a airados reclamos
de los consumidores. En buena hora que ello sucediera y haya obligado a
centenarios locales como el Cordano a hacer una reingenería de procesos, lo que
evidentemente redundará en beneficio de sus clientes.
También en el marco de otra
campaña de fiscalización, varios locales de diversión han sido clausurados por
no cumplir con normas de seguridad y de calidad. Esperemos que ello sea motivo
para que tomen las medidas del caso, en provecho de los cientos de limeños que
concurren los fines de semana al Centro de Lima.
Finalmente, otro ícono del Centro
Histórico como es el Hotel Bolívar sigue sin esclarecer su propiedad y con ello
su futuro. Ya es tiempo que un inversor que conozca de hotelería se haga cargo
de él y lo transforme y con ello recobre su gloria pasada. No es posible que un
lugar con tanta historia no sea más que un hotel de 3 estrellas.
Como ven pocas noticias
positivas, mucho por hacer y con la esperanza de que Lima, de cara al
Bicentenario, recobre su esplendor de los años 60s cuando la Avenida La Colmena
y el Jirón de la Unión eran el centro de la vida comercial, social y
gastronómica de Lima.
Algunos pasos ya se dan con el funcionamiento del
restaurante Plaza San Martín, la reapertura de El Estadio, en nuevo local de la
calle Belén, y el restaurante EL 10 que funciona en el antiguo comedor del
histórico Club de la Unión. Ojalá que sean ejemplos a seguir.
Visite nuestra web: http://www.ecoaventuravida.com/wp/
1 comentario:
Deprimente la lectura, como la constatacion visual de la realidad fel Centro
Publicar un comentario