En nuestro anterior post escribimos sobre las diferentes posibilidades que
ofrecía el llamado “sur chico”de Lima. Hoy nos ocuparemos del llamado “norte chico” que en verdad ya no es
chico sino un espacio que ha crecido en todos los aspectos y que cuenta con
innegables atractivos para un fin de
semana de solaz esparcimiento.
Recomendamos salir temprano de Lima para evitar el tráfico, sea en la carretera a Ventanilla
o en la Panamericana Norte. El primer punto al que llegaremos es el tradicional balneario de Ancón en cuyo mar, una
serie de islas e islotes guardan una
fauna marina tan similar como la de Paracas y a tan solo 45 minutos de Lima.
Luego de Ancón proseguimos el viaje
hasta el km 63 en donde tomamos el desvío que conduce a Pasamayo y
luego de un corto trecho llegamos a Chacrimar
donde está la aldea ecológica de los “hare krishna” llamada el Eco Truly Park, en donde podemos
compartir sus biohuertos e incluso terapias alternativas como por ejemplo en
base al yoga. Aquí podemos tomar un desayuno vegetariano y disfrutar de la
playa.
La otra opción para el desayuno es
sin duda alguna el GRIFO DEL PINO (km 77.5) donde un humeante café, riquísimos chicharrones y tamales aguardan para
satisfacer el matinal apetito de los viajeros con excelente calidad y servicios de primera (los baños , aunque suene
increíble, son tipo 5 estrellas).
En este punto tenemos dos opciones: una es ir a la campiña
de Huaral, generoso valle frutícola, incluyendo una visita al a ex hacienda Huando e incluso si ustedes
son amantes de las caminatas, un exigente trek les podrá conducir al complejo arqueológico de Rúpac
perteneciente a la cultura Atavillos (3400 msnm) Recomendamos ir en una expedición
organizada y pasar la noche ahí para regresar al día siguiente. Para llegar a Huallopampa se recorren 55
kilómetros desde Huaral y de ese punto, caminar 10 kilómetros.
La otra opción es ir al Castillo de Chancay (km 83), una construcción que data de 1934 construida sobre un acantilado y cuyo estilo es una copia de los castillos medievales europeos. Este lugar cuenta con alojamiento y una serie de servicios como piscinas, restaurantes, zonas de camping, un museo con restos de la cultura Chancay y una hermosa vista al mar desde sus torreones y terrazas.
Si ustedes prefieren la naturaleza; en el kilómetro 105 hay un desvío a la Reserva Nacional de Lachay, que entre los meses de julio a octubre ofrecen cada año un hermoso paisaje lleno de verdor producto del fenómeno natural que produce la humedad al chocar contra los contrafuertes andinos y que ocasiona un microclima especial que posibilita que cada temporada renazca la flora del lugar. En esta reserva podrán respirar aire puro, caminar en sus dos anillos y disfrutar del apacible cantar de las aves. Se recomienda ir en una 4x4 o en una unidad de chasis alto pues desde la carretera hasta la propia reserva hay que transitar por un camino sin asfalto de 7 kilómetros.
La opción del norte chico por la
variedad de atractivos merece pasar por lo menos dos días en esta zona pudiendo pernoctar en alguno de los hoteles de Huacho (km 152) , sea el Centenario de
la propia ciudad o los hoteles que hay en la campiña. El hecho de permanecer una noche en la zona
nos permitirá ir temprano, luego de un suculento desayuno huachano, a visitar la ciudadela más antigua de América, Caral, que tiene una antigüedad mayor a
5 mil años y complementar esta visita conociendo el centro arqueológico de Bandurria, el cual se supone
contemporáneo a Caral.
Muy cerca a Huacho, está Huaura
donde está una casa-museo desde cuyo
balcón se juró la Independencia del Perú
en 1821. Huaura también es famosa por sus “macerados”, entre ellos el de guinda y otras frutas (preguntar por Don Lalo, que vende las
mejores).
Luego de estas dos visitas, tenemos la opción de pasar el resto del día,
antes de regresar a Lima, en la Albufera
de Medio Mundo (km 175) que es una laguna cuyas aguas provienen de las
filtraciones de aguas dulce y salobres, y en donde se puede disfrutar de paseos
en bote. La Albufera de Medio Mundo es un lugar donde anidan también las aves
migratorias, en especial en la llamada Isla
del Amor, en un extremo de sus casi 7 kilómetros de longitud.
Otra opción, incluso para dormir, es Barranca (km 195) donde puede disfrutar de sus buenas playas y de la cocina del afamado Tato y sus platos marinos. Si pasa temprano por Supe, no olvide de compras sus célebre “tamales”.
Un poco más al norte podemos ir a Pativilca (km 203) en donde se encuentra una casona donde habitó el libertador Bolívar y que hoy es un museo que muestra su paso por esta tierra. Y finalmente, ya en el límite entre las regiones Lima y Ancash (km 209), podrán admirar la Fortaleza de Paramonga (origen Chimú e Inca).
A disfrutar de una región de gente amigable, historia, paisajes naturales, buena comida¡¡ ECOAVENTURA VIDA les ofrece una serie de posibilidades en programas a vuestra medida y totalmente privados¡¡
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