Cuando hablamos del sector turismo, normalmente pensamos en las agencias,
las aerolíneas o los propios destinos, pero algunos actores de este sector muy poco son recordados.
El turismo es un sector que genera tanto empleo directo como indirecto, ello
es indudable. El tema es que muchos empleados no necesariamente son retribuidos
adecuadamente. Eso es sin duda un gran
problema. Generar riqueza tiene que tener el correlato de una remuneración
justa, condición para que haya inclusión social.
Uno de los actores a los que me refiero son los arrieros y porteadores en las rutas de trek. Hasta hace no
mucho, recibían pobres estipendios y encima tenían que llevar grandes cargas
que afectaban su salud. Hoy felizmente en todas las rutas que son trabajadas
por empresas formales se cumplen normas estrictas en cuanto a cuántos kilos
cargar y qué tarifas pagar. Estas personas son las encargadas de transportar la
pesada carga de los equipos y provisiones y en el caso de los arrieros, de
conducir a los caballos o acémilas a lo largo de la ruta.
Además de ellos, también el trabajo de los
cocineros y ayudantes nos permiten un viaje placentero. No hay mejor
momento, que al concluir el día y luego de comer, cuando se cumple el dicho; “barriga
llena, corazón contento”. Y al llegar el momento de dormir, el campamento
cuidadosamente organizado por el personal de logística nos brinda las carpas
donde cobijarnos.
Otros de los que participan en los programas de caminatas o ascensiones son
los guías de montaña. De sus
conocimientos, experiencia y destreza depende llegar al final de la aventura,
sanos y salvos. Los guías de alta
montaña son sin duda alguna los mejor remunerados pues para serlo se
requiere conocimientos adquiridos en una escuela especial y de experiencia que
solo se adquiere con el paso de los años. La diferencia entre ir con un guía experimentado
o un novato, da como resultado un feliz
término o la muerte, en el peor de los casos.
También los instructores o monitores
que nos acompañan cuando realizamos un deporte de aventura como el canotaje, canopy y tantas
posibilidades que nos puede ofrece un viaje de aventura.
Los motoristas que manejan los botes que toman los turistas para
ir del puerto lacustre de Puno hacia las islas del lago Titicaca cumplen
también una gran labor, al trasladar a los viajeros con seguridad y destreza
por las gélidas aguas del lago. La gran mayoría son oriundos de la zona. Otros motoristas
o capitanes de embarcación también cumplen una importante tarea cuando nos
trasladan del embarcadero de El Chaco hasta las Islas Ballestas y nos regresan
felices y a salvo.
Otros de los que cumplen una importante labor, en la atención de los
viajeros, son los habitantes de las
diversas comunidades donde se desarrollan programas vivenciales. Estas
personas comparten sus casas, sus actividades cotidianas y brindan todos los
servicios que permiten una agradable estadía. El tema pasa que algunas veces,
el pago no lo reciben adecuándamente, ni en el monto ni el tiempo oportuno.
Algunas veces los propios comuneros tienen que financiar los pagos que deben
hacer a pesar que los viajeros pagan a las
agencias de viaje con la debida anticipación.
No podemos olvidarnos de los
conductores de buses y trenes, así como el personal de servicio a bordo que
nos atienden con diligencia y nos llevan a nuestro destino. Tampoco podemos
olvidarnos de los guías turísticos
que nos hacen conocer las rutas y ciudades por donde pasamos; sean en iglesias
coloniales, casonas, museos, complejos arqueológicos u otros atractivos.
Tampoco dejaremos de mencionar a los
cocineros y personal de atención de los restaurantes y bares donde vamos a
comer o a pasar un momento de distención cuando estamos de vacaciones.
Finalmente, mencionaremos a los
vendedores de artesanías o de las pequeñas tiendas a lo largo de nuestro
camino, en donde nos aprovisionamos de agua, dulces u otros.
A todos ellos mil gracias por hacernos pasar un
maravilloso viaje¡¡
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