Inicialmente las empresas se orientaban a la producción de bienes o al diseño
de sus servicios. El cliente compraba lo que había entonces en el mercado,
teniendo que ajustar sus necesidades e intereses a lo que la oferta planteaba.
Un tiempo después, ante la aparición de nuevas necesidades, el cliente
comenzó a preguntarse por qué las empresas no producían u ofrecían lo que ellos
querían realmente. Ante ello la oferta cambió su visión y comenzó a orientar su
producción de acuerdo a las necesidades del mercado. El cliente se convirtió en
el “rey” y muchas empresas desaparecieron al no adaptarse a esa nueva realidad.
ello fue el primer paso. De una visión orientada al consumidor (“cliente”)
se pasó a comprobar que no todos los clientes eran iguales o querían lo mismo.
De orientarnos a ofrecer calidad, buen precio y servicio; pasamos a
preocuparnos por satisfacer a un mercado segmentado, vale decir a diferentes
grupos de consumidores que tenían cada uno similares características y por
tanto demandaban similares productos o servicios.
En lo que nos concierne, vale decir el sector turismo; pasamos de ver a los
viajeros como un grupo homogéneo a diversos segmentos que demandaban tipos de
viajes diferentes: de aventura, vivenciales, culturales, clásicos y tantos
otros. Con el paso del tiempo, nos dimos cuenta que lo que los viajeros realmente
deseaban no eran “viajes”, sino experiencias, emociones bajo la forma de un
viaje fuera de su ámbito de vida diaria.
Sin embargo, la demanda más puntual del mercado nos ha obligado a hacer una
segmentación en cada segmento, lo que llamaremos “micronichos”. Ya no es que un
viajero desee naturaleza, por ejemplo. Ahora habrá quienes deseen programas
solo en desiertos, de observación de aves, en reservas naturales pero con altos
niveles de “comodidad”, entre otros.
La difusión de diferentes formas de nuestra cultura ha posibilitado también
atraer nuevos tipos de viajeros, como aquellos que habiendo probado nuestra
variada gastronomía en algún restaurante de comida peruana en la ciudad donde
viven, se animan a hacer un “viaje gastronómico”.
Otro micronicho que busca nuevos destinos, es la comunidad gay. Sin embargo
aún nuestros operadores tienen algunos problemas para atender con calidad a
este segmento de mercado, no tanto por
la misma calidad del servicio sino por cuestiones de orden cultural.
ECOAVENTURA VIDA, como ya lo hemos publicado anteriormente, está
presentando nuevos programas “outdoor training” orientado para familias”.
Ante el poco tiempo que comparten hoy las familias, tanto por las actividades
diarias como por el uso de tecnologías que aíslan a las personas, hemos visto
la necesidad de diseñar programas que vuelvan a unir a la familia en un medio
que no es propiamente el de la vida diaria sino al aire libre. Nos valemos de diversos tipos de actividades,
estructurándolas en un programa de fin de semana o programas de duración
variable. Un programa outdoor training para familias combina
metodologías de los programas de aventura al aire libre, de los programas
místicos, de los vivenciales y aún de los culturales para dar forma a un nuevo
tipo de programa, en donde la comunicación interpersonal, el trabajo conjunto
para el logro de objetivos y el intercambio de experiencias enriquecedoras son
los instrumentos para lograr mayor armonía en las familias.
De un mundo “general” hemos pasado a un mundo “súper especializado”. Obviar
esto puede hacernos desaparecer. No se lo olviden.
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