La espiritualidad siempre ha estado presente en lo que es hoy el Centro
Histórico sea en el adoratorio Puma-Inti
que fue derruido y sobre su base se construyó la Catedral o en el famoso
Oráculo cuya existencia hoy se recuerda por una piedra horadada ubicada en la
esquina de los jirones Junín y Cangallo en los Barrios Altos. Ambos son
solo un par de muestras del carácter de lo que era Lima en la época PreInca e
Inca, cuyos restos se encuentran diseminados en los 3 valles que forman los ríos
Rímac, Chillón y Lurín (alrededor de 360
restos arqueológicos que dan fe del carácter milenario y religioso de esta
región).
Con la fundación española de la ciudad de Lima, se levantaron iglesias y
conventos que dieron cuerpo a una nueva visión que vino con la religión
católica. Muchas de estas iglesias y conventos coloniales aún se conservan y
constituyen Patrimonio Histórico de la
ciudad. Otras iglesias como las de la
Caridad o de la Encarnación fueron derruidas para abrir paso a nuevas
construcciones o por haber sufrido los estragos de los terremotos que sufrió
Lima a lo largo de su historia.
La religión católica tuvo un importante papel en la Colonia pues el “poder
terrenal” estaba de la mano del “poder celestial”, tanto es así que el que presidía el Tribunal de la
Inquisición tenía tanto o más poder que el propio Virrey. Así mismo el
poder económico que representó la Iglesia Católica se traduce en una serie de
propiedades que ésta tiene hasta hoy en el Centro Histórico
Pero no solo hablemos de la influencia en la vida diaria sino sobre todo lo
que influyó en el conocimiento de la `época como por ejemplo en la fundación de
la Universidad más antigua de América
(San Marcos, 1551) y el influjo de las enseñanzas en los diversos colegios
de la colonia.
La Colonia representó el crisol donde se forjó la espiritualidad popular.
Importantes santos nacieron en esta época como Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres y lo que hoy es el culto más
importante, la procesión del Señor de los Milagros, surgió a raíz del terremoto
de 1687.
Pasear por el Centro Histórico es toparse a cada paso con impresionantes muestras
del arte religioso como el frontis de la
Iglesia San Agustín (Camaná con Ica), el
altar mayor y naves laterales de la Iglesia San Pedro (Ucayali con Azángaro),
la Catedral y su Museo de Arte Religioso,
el impresionante Convento de Santo Domingo y las Catacumbas y museo de
la Iglesia de San Francisco. A estas iglesias podemos sumarle muchas otras
iglesias como La Merced, San Marcelo, la Recoleta y otras más. Un detalle importante que en la iglesia de
san Sebastián se celebran misas en idioma quechua y por tanto es una de las más concurridas por
nuestros hermanos del ande peruano.
A ello hay que sumarle las iglesias
y conventos de Barrios Altos como Santa Ana, Nuestra Señora del Carmen, Santa
Clara, Trinitarias, Santa Catalina, Mercedarias, San José, Concepción, Cocharcas,
Maravillas así como las iglesias del Prado, La Buena Muerte, Santiago del
Cercado, Santo Cristo de Maravillas y la capilla del Cristo Pobre.
Pero la religiosidad no es solo espacios físicos sino sobre todo las manifestaciones
de culto como la ya mencionada Procesión
del Señor de los Milagros, una de las tres expresiones religiosas del mundo
católico y que es replicada en muchos países) así como las de la Virgen del Carmen, San Martín
de Porres, San Judas Tadeo y el culto a Santa Rosa de Lima en donde ella vivió
(cuadra 1 de la avenida Tacna). A ello
le sumamos las diversas actividades de cofradías que se expresan a lo largo del
año con novenas, procesiones y otros.
ECOAVENTURA VIDA les invita a
recorrer con nosotros esta parte de nuestra historia y admirar el impresionante
arte religioso de la época colonial. Para cualquier informe no dude en
escribirnos a ecoreservas@ecoaventuravida.com
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