Hoy los limeños sufrimos algunos
retrasos y apuros por culpa de un llamado “paro de transportistas”. Entre otras
cosas protestaban contra las papeletas infringidas y contra la reforma del
transporte, vale decir la modernidad y la eficiencia.
Este “paro” se contrasta con las protestas realizadas ayer por un grupo de
pobladores contra una línea de buses que une Lima con Chosica; debido a que dos
unidades de esta empresa habían atropellado y dado muerte a unos peatones en el
kilómetro 14 de la Carretera Central.
Es cierto que hay unas papeletas que son aplicadas sobre la base de
supuestos excesos de velocidad , ayudándose con cámaras fotográficas, pero que
son completamente antí-técnicas y por ende abusivas . ¿Pero, quién las pagan?. Tan
solo unos pocos, mientras cientos de choferes de servicio público acumulan
decenas de infracciones y no asumen ni su pago y menos la responsabilidad por
los innumerables accidentes que ocasionan.
El transporte urbano de pasajeros
pasa por una severa crisis, no de ahora sino de hace muchos años. A comienzos de los 90s se pensó que la solución
eran las camionetas rurales que fueron importadas por decenas y empezaron a
cubrir las atiborradas rutas de Lima. El
remedio fue peor que la enfermedad. Cualquiera podía hacer los recorridos. No
importaba si tenía un record negativo como conductor o acumulara papeletas por
doquier.
A ello se le sumó que se crearon falsas
empresas de transportes y se otorgaron rutas mal diseñadas y que se sobreponían
unas a otras sin ningún criterio técnico.
En este contexto, la Municipalidad
Metropolitana de Lima ha acometido una ambiciosa “reforma del transporte”, que
lamentablemente avanza lentamente y con poca convicción. Nadie duda que es
imprescindible que las empresas de transportes sean de “verdad” empresas, las
rutas sean licitadas y otorgadas a quienes ofrecen las mejores condiciones de
servicio y que la autoridad haga cumplir la ley. Sin embargo, todo ello aún está todavía como “proyecto en marcha”, vale
decir aún no es realidad.
A pesar que en los últimos años se han realizado importantes obras de infraestructura como viaductos, pasos a desnivel o
by-pass y dos importantes proyectos (sistema de buses Metropolitano y el Tren
Eléctrico, cuyo segundo tramo de la Línea 1 está muy avanzado) son ya
realidad; los Corredores Complementarios aún están por ser licitados y la
reforma del transporte de taxis aún no se concreta, lo que se refleja en una
sobreoferta de éstos que ocasionan congestión en las pistas de Lima.
Creemos que aparte de planes eficientes, es necesario voluntad de hacer las
cosas y ejercer el principio de autoridad. No es posible que las licencias que
deniega Lima sean aprobadas por las provincias vecinas del Callao o Huarochirí.
Se requiere por tanto un Ente Unico que
administre el transporte y maneje éste como un todo, en las 3 provincias.
Esperamos que la seguridad, buena
atención y eficiencia en el sistema de transporte urbano de pasajeros sea pronto
una realidad y no tengamos más muertos en las pistas, producto de accidentes
ocasionados por malos conductores.
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