Estuvimos 3 veces esta última semana en el Centro Histórico de Lima con
viajeros de diferentes miradas y esto nos hace enriquecer nuestros puntos de
vista y producto de estas observaciones y otras apreciaciones escribimos este
artículo.
Una de las cosas que más sorprende a los viajeros es ver la cantidad de
policías en las cercanías tanto de la Plaza Mayor y del Congreso. Lima parece
una ciudad en permanente conflicto y ello no abona a una mejor mirada a nuestra
ciudad Los conflictos no se arreglan con mayor presencia policial sino
solucionando lo que subyace a ellos. Paradójica esa sobrepresencia policial
pues la ciudad y el país entero sufre de una inseguridad aún no resuelta.
La acción de la Municipalidad de Lima aún es deficitaria y no hablamos de
solucionar grandes problemas como el transporte público sino en pequeñas cosas
que se arreglan con decisión. Una de ellas es uniformizar los frontis de las tiendas del Jirón de La Unión, por ejemplo, cuyo
desorden ocasiona que hermosas casas se vean disminuidas por letreros fuera de
lugar (como por ejemplo el antiguo
estudio fotográfico de Eugenio Courret ).
Un gran problema que aún afronta Lima es la falta de autoridad para llevar
a cabo una acción urgente como es trasladar fuera del Damero de Pizarro, de una vez por todas, a las imprentas que se
ubican en esta área. Ello dará paso sin duda a nuevos emprendimientos y negocios
que permitirán que el Centro recobre su prestancia. Sin embargo se requiere una
activa promoción de la inversión privada y reglas claras en cuanto a qué hacer.
No es posible que hermosas casas como la Casa
Welsh y el antiguo Palais Concert hoy acojan a franquicias sin ningún valor
histórico –que no abonan en nada a resaltar su pasado- o una tienda de
departamentos. Cómo es posible que inversionistas no se hayan interesado
en impulsar proyectos acordes con la
prestancia pasada de esas casonas. Otra de las casas que hoy languidece sin que
nadie haga nada es el Palacio Francés o
casa Roosvelt, símbolo de épocas de gloria ya lejanas.
Hay otras importantes casonas que también lucen descuidadas como la del Oidor, en plena Plaza Mayor; la de Osambela y una que demandó gran
esfuerzo restaurarla, hoy nuevamente presenta signos de deterioro; me refiero a
la Casa de las 12 Puertas (en el
Rastro de san Francisco). Mención aparte es el abandono que luce el antiguo teatro Colón en plena Plaza San Martín
y en manos de un privado que no hace nada para restaurarla.
Sin embargo, hay acciones que debemos aplaudir como lo que está haciendo la empresa Lima Express que viene
restaurando edificios valiosos y casonas como la Coca así como próximamente la que perteneció a la compañía Popular y Porvenir y el antiguo
hotel Crillón, casi por concluir su refacción. Ejemplo como estos deben
retrucarse con urgencia. Importantes vías como la Colmena, Tacna, Garcilaso de la Vega y Abancay deben ser objeto de
urgente inversión privada para que los edificios y casonas abandonadas sean
recobradas como viviendas y negocios. Ni
que decir la zona comprendida entre las
plazas Bolognesi, 2 de Mayo y Unión así como el Paseo Colón y el Barrio Chino
que ya requiere una urgente atención.
Frente a ello hay Centros Culturales que no solo difunden arte y cultura
sino que mantienen importantes casonas como la O Higgins y Riva Agüero (de la Universidad Católica); la de San Marcos (de la universidad de dicho
nombre); el Centro Cultural Garcilaso;
el museo Quadra (Jirón Ancash); el museo del BCR (esquina Ucayali con
Lampa) así como los frontis de la Bolsa
de Valores de Lima, el del diario El
Comercio y el Urban Hall (ex casa Wiese).
La labor del Municipio también debe orientarse también a fomentar mejores
prácticas de higiene en los restaurantes existentes, no solo en la preparación
y expendio de los alimentos sino también de sus servicios. Una importante
columnista de la revista Somos del diario El Comercio puso en evidencia a un
importante y famosa taberna de Lima. No estamos hablando de cambiar las fisonomías
de tabernas como Cordano, Queirolo,
Carbone o Los Huérfanos sino que mejoren en algo su presentación. Sus
asiduos clientes se lo agradeceremos. También es importante revisar las normas
que regulan el horario de atención del Circuito
de Diversión de la Plaza San Martín. La seguridad y el orden deben correr
por cuenta de las autoridades municipales y policiales como una manera de
mejorar el servicio y no como un freno a la inversión privada.
También resaltamos los esfuerzos del Patronato del Rímac y los municipios
de ese distrito y el de Lima Metropolitana para restaurar el circuito llamado “del Puente (Trujillo) a la Alameda (de los
Descalzos)”. Igual atención deberán tener históricos barrios como el de
Monserrate y los Barrios Altos.
Finalmente, felicitamos la inauguración de una panadería, Dona Matilda (Jr Ica 386), frente al Teatro
Municipal. Ejemplo como estos deben ser imitados pues justamente el centro aún
adolece de una buena oferta de restaurantes de calidad, sobre todo por el gran
flujo de turistas que diariamente lo visitan. Lamentamos por ejemplo que el
antiguo restaurante Raimondi no
recobre su anterior prestancia pero
saludamos el ingreso de Embarcadero 41 (Ucayali 149) y esperamos que el
tradicional “Le Eau Vive” siga deleitando
los paladares de sus clientes.
Hay mucho que hacer en nuestro querido CENTRO HISTORICO DE LIMA…MANOS A LA
OBRA¡¡
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