Los avances y retrocesos de la
ciudad de Lima son parte de un continuo que va desde la esperanza hasta la
preocupación. No cabe duda alguna.
Por un lado el reverdecer de un barrio considerado hasta poco peligroso, la
zona de Santa Cruz en el límite de San
Isidro y Miraflores que ha pasado a ser una de las “joyas” del crecimiento
urbano de Lima, tal como lo reseña la revista VelaVerde en su edición de
hoy. A este proceso los urbanistas le
denominan “gentrificación” y ha conllevado a un auge de un cluster de
restaurantes; de moda y ahora hasta oficinas “primium”.
Así mismo VelaVerde resalta al futuro Centro
Comercial-Empresarial en los terrenos del antiguo Cuartel San Martín que
será sede de un Centro de Convenciones, un hotel 5 estrellas, un centro
cultural, oficinas, un centro comercial y hasta viviendas.
Otra buena noticia es que en el mes de setiembre se anuncia la integración del servicio de buses
Metropolitano con el Tren Eléctrico en dos puntos de sus rutas (Estación
Central-Gamarra y Matellini-Villa El Salvador). Esto posibilitará una atención a
más de un millón de usuarios, a lo que se sumará que en el futuro esté
contemplado que las 16 estaciones de la
Línea 1 del Metro se unirán con buses alimentadores con las 19 estaciones del
Metropolitano.
Sin embargo a ello se contraponen algunas noticias preocupantes:
En la zona en conflicto entre San Isidro y Magdalena del Mar se están
levantando 14 obras que contravienen con las normas urbanísticas y
edificatorias, con la inacción de la Municipalidad de Lima Metropolitana en
cuanto a la supervisión y control de estas obras.
Otras dos situaciones nos llaman también la atención: una es la que
menciona el diario El Comercio sobre el estado de abandono que se encuentra la antigua Plaza de Toros de Acho, que tiene 247 años de construida
y por la cual las autoridades de Lima no prestan mayor atención, estando por
ello en riesgo de colapsar. La otra mala noticia es el deterioro del nuevo eje
peatonal Jirón Ucayali-Jirón Ica, que pese a no tener mucho tiempo de
inaugurado ya presenta levantamientos y roturas en los ladrillos con los que ha
hecho la vía. Algo lamentable y por lo cual la concesionaria que hizo la obra
debería dar cuenta.
Como ven hay noticias para congratularnos y de las otras. Preocupa nomás
que las autoridades encargadas de la administración municipal no hagan su tarea
con eficiencia y las del Ministerio de Cultura no digan nada aún de los
destrozos en la Huaca Paraíso o en
Puruchuco.
Sería bueno que iniciativas como Lima
Milenaria que fomenta el diario El
Comercio se repliquen no solo en lo que tiene que ver con el pasado preinca
sino con la historia de la ciudad en general. Preservemos espacios emblemáticos de la
ciudad. No es posible que se esté por derruir el Edificio Limatambo (que significó en su momento el avance urbanístico
de la ciudad de Lima) donde se construirá la Torre Rímac o se haya derruido la Casa de La Tradición en la cuadra
30 de la Avenida Salaverry, donde se levantará un hotel.
Alertamos también sobre la posibilidad de que la casa Suárez ubicada en la cuadra 42 de la Avenida Arequipa (con una
arquitectura similar a la del Palacio de Gobierno y declarada patrimonio
cultural) sea vendida y derruida. Que las
ordenanzas de protección al patrimonio cultural sean aplicadas y evitemos que
se siga destruyendo íconos de nuestro pasado como fue arrasado el Palacio
Marsano para dar paso a un Centro Comercial de nulo valor arquitectónico.
¿ El avance de la modernidad tiene un costo, vale decir sacrificar íconos a cambio de seguir avanzando?
Un saludo a todos nuestras
amigas(os) lectoras(es).
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